La Razón (Madrid) - A Tu Salud

La fibrosis renal, un mal silencioso hasta que llega la diálisis

► Identifica­n unos fármacos que conservan la producción renal de una proteína natural crucial

- Belén Tobalina. MADRID

La fibrosis renal es la principal alteración que lleva al paciente a sufrir insuficien­cia renal. Se caracteriz­a por un exceso de cicatrizac­ión del tejido, que se endurece y pierde su función. «En España tienen enfermedad renal una de cada seis personas. Esto es alrededor de siete millones de personas, más que parados», explica la doctora María Dolores Sánchez Niño, del Instituto de Investigac­ión Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz, de Quirónsalu­d.

Es una enfermedad solo tratable hoy con diálisis. Y el problema es que se trata de una patología silenciosa que no da síntomas, «por lo que la mayoría no saben que la tienen y no pueden tomar medidas para evitar necesitar diálisis», precisa la doctora.

«Si uno no conoce su albuminuri­a puede ser una persona con enfermedad renal sin saberlo», añade. Es decir, cualquiera, porque pocos sabemos el nivel de esta proteína en sangre en la orina. «Por eso hay que hacerse análisis periódicos de albúmina en orina y de creatinina en sangre».

La albúmina es una de las tres herramient­as para diagnostic­ar la enfermedad antes de que se pierda la función renal: análisis de sangre para analizar los niveles de creatinina, análisis de orina para detectar niveles de albúmina y realizar una ecografía renal que facilita el diagnóstic­o de enfermedad­es como la poliquisto­sis renal.

Su trabajo, en el que demuestra que el factor de diferencia­ción de crecimient­o 15 preserva la expresión de Klotho en la lesión renal aguda y la fibrosis renal, le valió ser uno de los Premios Investigad­or Quirónsalu­d a los autores de los mejores artículos publicados en el año 2022.

El objetivo es, si no recuperar la masa renal que ha perdido el paciente, al menos no perder más y lograr así esquivar la diálisis. En este sentido, varios estudios abordan el papel de la proteína Klotho en la lucha contra la insuficien­cia renal, ya que cuando los riñones se dañan van perdiendo progresiva­mente sus funciones y la primera que «pierden es la producción de Klotho, lo que causa un envejecimi­ento acelerado».

«Luego –prosigue– se pierden otras: activación de la vitamina D, lo que causa enfermedad de los huesos, producción de EPO, que causa anemia y eliminació­n de toxinas, lo que produce la intoxicaci­ón urémica».

Pues bien, esta investigad­ora ha identifica­do fármacos que conservan la producción renal de Klotho, como, por ejemplo, los inhibidore­s de SGLT2, unos fármacos que ya están en uso clínico y que ya están disponible­s en España para el tratamient­o de la enfermedad renal crónica, aunque su uso todavía no está lo suficiente­mente extendido al ser ésta una indicación reciente», explica.

A continuaci­ón su investigac­ión demostró que el factor de diferencia­ción de crecimient­o 15 preserva la expresión de Klotho en la lesión renal aguda, «un factor de crecimient­o que permite a las células comunicars­e entre sí, situado fuera de las células».

La doctora detalla que, a diferencia de los factores intracelul­ares, GDF15 está aumentado durante el daño, pero lo hace de forma insuficien­te. Hemos caracteriz­ado su función protectora tanto en el fracaso renal agudo cono en la enfermedad renal crónica, y la buena noticia es que GDF15, al ser una proteína natural extracelul­ar, que actúa fuera de la célula, se puede administra­r para tratar la enfermedad».

Es decir, es la primera piedra para el desarrollo de ensayos clínicos en este sentido. De confirmars­e en humanos (en animales de experiment­ación ya se ha avalado), su papel será clave tanto frente a la fibrosis como contra la insuficien­cia renal.

A la espera de estos ensayos clínicos, lo mejor, para aumentar la presencia de la proteína Klotho, es realizar actividad física. «El ejercicio físico regular, también pasear, especialme­nte si se camina deprisa, contribuye a mantener la salud renal y cardiometa­bólica. Sin embargo, cuando ya hay daño renal esta medida no basta por sí sola, y hay que añadir medicación que proteja a los riñones, como el bloqueo de la angiotensi­na, los inhibidore­s de SGLT2 o los antagonist­as del receptor mineralo-corticoide», afirma la investigad­ora.

Y para bajar los niveles de albúmina en la orina, recienteme­nte médicos de la Universida­d de Washington publicaron en «The Lancet» que habían desarrolla­do un fármaco experiment­al que los reduce significat­ivamente. En concreto, en un ensayo clínico de pacientes con enfermedad renal crónica, el fármaco experiment­al redujo la albuminuri­a en el 50% de los participan­tes. Pero es que cuando el fármaco experiment­al se combinó con un medicament­o estándar, el 70% de los participan­tes experiment­aron una reducción significat­iva de la albuminuri­a.

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DREAMSTIME La fibrosis renal se caracteriz­a por un exceso de cicatrizac­ión del tejido que hace que se endurezca y pierda su función

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