Las tormentas del alma
La base aérea de Las Palmas, en Lima, será hoy el escenario de la última misa del Papa en tierras peruanas, antes de regresar a Roma. Ayer en Huanchaco (Trujillo), una zona asolada por el fenómeno de El Niño costero, que el año pasado provocó fuertes lluvias y dejó más de un centenar de muertos, el Santo Padre se refirió a las tormentas que azotan al ser humano, a los «huaicos» –término peruano para la masa de lodo y piedras arrastrada por la lluvia torrencial– «que afectan al alma».
El Papa denunció la escasez de oportunidades educativas y laborales, especialmente entre los más jóvenes, y la falta de un techo seguro para tantas familias, «forzadas a vivir en zonas de alta inestabilidad y sin accesos seguros». «Perú tiene derecho a que nadie le robe la esperanza», clamó el Obispo de Roma, que también cargó contra los sicarios que campan a sus anchas por una tierra castigada por la naturaleza, pero también por el crimen organizado, la pobreza y el olvido.