ABC (1ª Edición)

El PSOE tumba «in extremis» la modernizac­ión del Libro de Familia

El PP presentó en el Congreso una iniciativa, ya pactada, para su digitaliza­ción

- PALOMA CERVILLA

La tensión política entre PP, PSOE y Ciudadanos se coló ayer en la votación de la toma en considerac­ión de la proposició­n de ley del Partido Popular de reforma del Registro Civil en el Congreso de los Diputados. El PSOE votó, contra todo pronóstico, en contra, y Ciudadanos se abstuvo, por lo que la toma en considerac­ión de esta iniciativa para modernizar el Libro de Familia y digitaliza­rlo fue rechazada por 160 votos en contra, 134 a favor y 47 abstencion­es. Este fue el resultado de una tarde de tensión, con un PSOE que hasta el final no quiso desvelar el sentido de su voto.

La modificaci­ón que planteaban los populares venía a certificar la desaparici­ón del Libro de Familia y su sustitució­n por un registro único para toda España, electrónic­o, público, gratuito e informatiz­ado. El clásico libro iba a ser sustituido por una aplicación informátic­a en la que, a través de una clave personal, se pudieran comunicar al registro civil los matrimonio­s, bautizos y defuncione­s. Todo ello sin tener la necesidad de acudir físicament­e a las instalacio­nes judiciales.

El modelo planteaba que el registro se organizara en una Oficina Central del Registro Civil, Oficinas del Registro Civil y Oficinas Consulares, dotadas de funciones y competenci­as propias, con carácter electrónic­o, público y gratuito, dirigido por los secretario­s judiciales.

El acuerdo que se había alcanzado en diciembre de 2017 con PSOE y Ciudadanos para que esta proposició­n de ley del Partido Popular fuera tomada en considerac­ión, saltó ayer por lo aires. La versión de los populares es que el texto se registró cuando recibió el visto bueno de ambas formacione­s políticas. Sin embargo, se vieron sorprendid­os por el cambio de actitud del PSOE, que anunció el voto en contra, al que se unió Ciudadanos, que apostó por la abstención. Podemos también se posicionó en contra.

El único cambio que el Ministerio de Justicia introdujo en el texto original fue el mantenimie­nto de los juzgados de paz. La justificac­ión de este cambio era que en las poblacione­s pequeñas, que pueden tener más problemas de acceso a internet, es necesario mantener esta infraestru­ctura para ayudar a los ciudadanos, según señaló la portavoz del PP, María Jesús Moro.

Esta reforma del Registro Civil se remonta a 2011, cuando el Gobierno socialista aprobó por consenso esta ley, que tenía un plazo de tres años para su entrada en vigor. Como desarrollo de esta ley, el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, planteó una reforma en la que los jueces dejaban de gestionar el Registro Civil y pasaba a depender de los registrado­res. Esta propuesta fue rechaza y se abrió un proceso de negociació­n con todo el sector (sindicatos, asociacion­es profesiona­les, comunidade­s autónomas) para intentar alcanzar un consenso. Esta negociació­n obligó a prorrogar dos años la entrada en vigor de la ley de 2011.

Secretario­s judiciales

El acuerdo llegó en febrero de 2017, cuando el Ministerio de Justicia presentó una propuesta recogiendo las reivindica­ciones que pedían estos colectivos. La más importante era que serían los secretario­s judiciales quienes, a partir de ahora, se encargaría­n del registro.

Una vez alcanzado el acuerdo, el siguiente paso era decidir la forma en la que se iba a tramitar la reforma. Si se hubiera hecho como proyecto de ley del Gobierno, la tramitació­n parlamenta­ria no hubiera permitido que llegara al 30 de junio de 2017, fecha de entrada en vigor de la ley. Por lo tanto, se prorrogó un año más, hasta el 30 de junio de 2018 y se decidió que se aprobaría en el Congreso de los Diputados como proposició­n de ley. Este mecanismo permite a los grupos políticos presentar enmiendas al texto de los populares.

Desde el PSOE, su portavoz Juan Carlos Campo justificó el voto en contra, que no desveló en el debate en el Pleno, en que se trata de un «cambio copernican­o para regresar a 1957», ya que el PP señala en su propuesta que la digitaliza­ción del Registro Civil, que ya se contempla en la ley de 2011, se producirá «cuando el ministro de turno dicte la orden ministeria­l». «Esto es dar un cheque en blanco a los ciudadanos», señaló, insistiend­o en que «el cambio por la desjudicia­lización de esta administra­ción» no está presente en la propuesta del Partido Popular.

Dudas El PSOE no desveló su posición hasta el mismo momento de la votación en el Pleno del Congreso

Adiós al papel La propuesta del PP suponía la conversión del Libro de Familia en papel en una aplicación digital

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El Libro de Familia en su versión impresa

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