Bienes de la Franja: 43 parroquias demandan al Obispado de Lérida
Las iglesias aragonesas denuncian el secuestro de un centenar de obras
Cuarenta y tres parroquias aragonesas han apoderado al Obispado de Barbastro-Monzón, en Huesca, para presentar una demanda contra el Obispado de Lérida por secuestrar un centenar de obras de arte, los conocidos como «bienes de la Franja». La demanda se formalizó ayer ante los juzgados de Barbastro, y llega trece años después de que los tribunales de la Santa Sede sentenciaran en firme a favor de las parroquias aragonesas, sentencia que nunca ha llegado a cumplirse.
El caso se remonta al año 1995. Fue cuando la Santa Sede aprobó un nuevo mapa eclesiástico que modificó los límites de la Diócesis de Lérida: decenas de parroquias aragonesas dejaron de pertenecer a ese Obispado y pasaron a quedar integradas en diócesis aragonesas, de su región natural. El problema es que parroquias y parroquianos volvieron a Aragón, pero no así sus obras de arte sacro, que Lérida siguió reteniendo.
Esas más de cien piezas de elevado valor habían sido trasladadas a Lérida hace más de un siglo por orden del Obispado ilerdense. Acabaron nutriendo los fondos del Museo Diocesano Comarcal de Lérida, regido por un patronato del que forman parte tanto la Diócesis como la Generalitat catalana, así como el Ayuntamiento y la Diputación provincial de Lérida.
Tras aquella reordenación del mapa eclesiástico llevada a cabo en 1995, las parroquias reclamaron en vano al Obispado de Lérida que les devolviera sus obras de arte. Ante la negativa, emprendieron un pleito en la jurisdicción eclesiástica, dado que el asunto hacía referencia exclusivamente a sujetos y objetos de la Iglesia –los acuerdos entre España y la Santa Sede dan plena validez a estas instancias judiciales eclesiásticas–.
Los fallos no tardaron en llegar. Y todos dieron la razón a la parte aragonesa. El primer pronunciamiento judicial lo dictó en 1998 la Congregación de los Obispos, y lo ratificó luego el Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica en 2002, que emitió sentencia definitiva y firme. Ordenó que se devolvieran a Aragón todas esas obras de arte –tras ir bailando las cifras con el paso de los años, el último inventario del Obispado de Lérida contabiliza 111 piezas–. Sin embargo, esa sentencia firme de 2002 quedó en papel mojado. La parte catalana aún emprendió un último intento judicial, con un recurso ante el Tribunal de la Rota que, sin embargo, fue tumbado por este en el año 2008.
Cascada de sentencias
Ante la cascada de sentencias en su contra, el Obispado de Lérida tuvo que plegarse a admitir que, efectivamente, esos bienes eran de Aragón. Pero se inhibió en su devolución y, de acuerdo con la Generalitat, argumentó que esas piezas formaban parte de una colección inseparable –la del Museo de Lérida–, catalogada como «patrimonio catalán» y, por tanto, solo con autorización de la Generalitat podía salir del Museo ilerdense. Esa tesis del Obispado y del Gobierno catalán, sin embargo, se vio truncada en mayo de 2015 con una sentencia del Tribunal Supremo en la que se subrayó que los «bienes de la Franja» son aragoneses a todos los efectos, y que no hay catalogación que valga en Cataluña –ni supuesta unidad museística–, si son reclamados por sus legítimos propietarios.
Pese a ello, con la anuencia del Obispado de Lérida, esas más de cien obras de arte sacro han seguido retenidas en el Museo de Lérida, tutelado por la Generalitat, el mismo museo al que tuvo que ir la Guardia Civil hace dos meses para intervenir obras de arte del oscense Monasterio de Sijena.
Trece años después Los tribunales de la Santa Sede sentenciaron en firme a favor de las parroquias aragonesas