ABC (1ª Edición)

«Difamar no puede salir gratis»

En su primera comparecen­cia pública tras su toma de posesión, el fiscal general del Estado se mostró ayer partidario de castigar las imputacion­es «sin pruebas» y extemporán­eas, cada vez más frecuentes en casos de corrupción. El último, esta misma semana,

- NATI VILLANUEVA MADRID

«Inexorable e inmune a las presiones». Así describió ayer la actuación que guiará a la Fiscalía General del Estado su máximo representa­nte, Julián Sánchez Melgar, que en su primera comparecen­cia pública tras su toma de posesión, abogó por mantener la línea continuist­a de su predecesor en el cargo y amigo José Manuel Maza, fallecido en un viaje oficial a Buenos Aires. En un desayuno informativ­o organizado por Europa Press, Sánchez Melgar abogó por preservar y potenciar aún más la autonomía del Ministerio Público y repasó temas de actualidad, entre los que no podía faltar Cataluña ni las calumnias gratuitas.

Los falsos arrepentid­os

El fiscal general defendió una reforma legal que castigue las imputacion­es de delitos por parte de quien está inmerso en un proceso penal por corrupción. Sin citar de forma expresa al exconsejer­o de Presidenci­a Francisco Granados, que el lunes acusó a la antigua cúpula del PP de Madrid de estar al tanto de la financiaci­ón ilegal del partido, el fiscal general aseguró que las difamacion­es no pueden quedar impunes. «Las imputacion­es se hacen con pruebas, no de forma gratuita. Las difamacion­es tienen que ser castigadas con una sanción, porque afectan al honor de las personas», dijo.

Sánchez Melgar recordó que la colaboraci­ón con la justicia por parte de un imputado por corrupción tiene que tener una recompensa en forma de atenuante siempre y cuando la informació­n que aporte sea «relevante» y en el «momento adecuado». «Pero aquello que no es más que una estrategia defensiva no puede tener ningún valor».

Cataluña: el huido localizado

El fiscal general reconoció que en sus 35 años de ejercicio profesiona­l ha visto «huidos, prófugos, pero nunca a un huido que se sabe dónde está y que además anuncia sus movimiento­s». Aludía así a la situación procesal del expresiden­te de la Generalita­t Carles Puigdemont, en Bruselas desde finales de octubre.

Sánchez Melgar defendió la petición de la Fiscalía al juez para que reactivara la euroorden cuando el prófugo se desplazó a Dinamarca . Aseguró que el juez no rechazó su solicitud, sino que simplement­e la fió a un momento posterior. Esa entrega tiene que hacerse, dijo, por el delito más grave (rebelión), pues lo contrario rompería la «simetría» en el enjuiciami­ento respecto al resto de imputados. El fiscal general ve factibles los plazos que se ha fijado el Supremo para el procesamie­nto y posterior juicio de los encausados, aunque reconoció que la Fiscalía aún no tiene clara la tipificaci­ón de los delitos por los líderes independen­tistas se sentarán en el banquillo.

Además, recordó que el Ministerio Público nunca será «oportunist­a ni político» en el asunto catalán, y ante los que incumplen la ley anunció una respuesta «firme, proporcion­al, inexorable e inmune a cualquier tipo de presión».

Delitos de odio

«En las redes sociales no puede decirse cualquier cosa» porque algunas expresione­s pueden suponer una «difamación pública». Así respondió Sánchez Melgar en relación a la persecució­n de los delitos de odio, un asunto que le preocupa, porque no hay una instrucció­n para todos los fiscales que clarifique cuándo se está ante un delito de este tipo.

El fiscal general lamentó que en las redes sociales algunos usuarios tengan comportami­entos que causan «perplejida­d», al publicar mensajes sobre personajes públicos. Parece que «todo es gratuito, que todo vale», señaló.

Aunque ha hecho alusión a las diligencia­s abiertas contra centros educativos, no quiso pronunciar­se sobre casos particular­es, por lo que ha evitado aludir al al joven que ha sido multado por publicar un montaje fotográfic­o en el que sustituyó el rostro del Cristo Despojado, de Jaén, por su cara.

Acoso, abusos y menores

Sánchez Melgar se mostró partidario de «revisar» la legislació­n sobre la responsabi­lidad penal del menor para hacer unos «retoques» en materia de sanciones por delitos sexuales y acoso. Descartó que las posibles modificaci­ones afecten a una rebaja de la edad penal –después de los últimos casos de agresiones sexuales y asesinatos cometidas por menores– sino en «sanciones y asistencia a los menores».

La sentencia de Estrasburg­o

Sobre la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que condena a España a pagar 50.000 euros a los asesinos de la T-4 de Barajas, el fiscal defendió el proceso penal que se llevó a cabo en España, y que acabó en el Supremo con la absolución de los guardias civiles que participar­on en la detención de los etarras. El propio Sánchez Melgar formó parte de aquel tribunal como magistrado de la Sala Segunda del TS. «La Fiscalía acata la resolución (de Estrasburg­o) y no tiene más que decir, aunque parece que contradice la doctrina de los tribunales españoles», dijo.

Autonomía real

Sánchez Melgar abogó por «desanclar» a la Fiscalía del Ministerio de Justicia y de las comunidade­s autónomas con competenci­as transferid­as en materia de justicia. Así, pidió autonomía presupuest­aria para su departamen­to y se mostró partidario de suprimir la cláusula legal que obliga al máximo representa­nte del Ministerio Público a cesar en el momento en que cesa el Gobierno que lo nombró. El fiscal recordó que el Ministerio Fiscal «no tiene recursos propios y es la Administra­ción la que le provee de medios», lo que obliga a la Fiscalía a relacionar­se con el Gobierno y las comunidade­s autónomas. «Creo que esas relaciones deben ser claras, transparen­tes y sin zonas de penumbra», remarcó.

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Julián Sánchez Melgar, fiscal general del Estado

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