MAYORÍA DE EDAD
Los sistemas privados permiten que cada uno pueda elegir lo que aporta y lo que va a recibir al final
Cada vez que se habla de las dificultades que atraviesan las pensiones públicas surgen voces, desde la izquierda política y los sindicatos, que tratan de buscar en ellas la mano negra del sector privado que pretende asustar a los ciudadanos y dirigirlos hacia los sistemas privados. Por eso conviene insistir en lo evidente. El sistema público no va a quebrar, por más que el desequilibrio entre ingresos y gastos haya crecido de manera hipopotámica y nadie sensato piense que vayan a reequilibrarse en el próximo futuro.
No va a quebrar porque el Estado tiene los mecanismos necesarios para drenar fondos de otros lugares y canalizarlos hacia las pensiones. El problema no es ese. El problema reside en que las pensiones públicas, en especial las más elevadas, van a encontrar severas dificultades para mantener su poder adquisitivo. El interesante estudio presentado ayer por Unespa calcula que las últimas reformas –que no serán las últimas–, provocarán una pérdida media de 350 euros al mes a lo largo de los años de jubilación. Por eso, aquellos que deseen mantener sus ingresos, o incrementarlos, están obligados a completar su pensión con alguno de los muchos sistemas de pensiones privadas que existen.
Para ello cuentan con una enorme ventaja. El sistema público es de reparto; es decir, los que trabajamos pagamos hoy a quienes trabajaron ayer y el margen para modular lo que se aporta y se recibe es muy estrecho al estar regulado por ley. Sin embargo, los sistemas privados son de capitalización y eso permite que cada uno pueda elegir lo que aporta cada año y lo que va a recibir al final, según sean sus circunstancias de ingresos y sus necesidades de gasto a lo largo de su vida laboral.
Mientras que el sistema público es un sistema de «minoría de edad», el privado lo es de «mayoría de edad» al introducir en la ecuación criterios personales y voluntarios. Al menos para aquellos afortunados que consiguen detraer, a finales de mes, algún dinero de sus ingresos o que cuentan con un cierto patrimonio ya constituido. En resumen, este es un asunto para ocuparse desde muy pronto, lo cual evitará tener que preocuparse más tarde por él. Ayer se presentaron unas interesantes fórmulas de hacerlo.