ABC (1ª Edición)

El Gobierno estudia recurrir al 155 para proteger en las aulas el castellano

Se plantea incluir en la preinscrip­ción del próximo curso escolar una casilla que permita a los padres elegir la lengua de enseñanza de sus hijos

- ÀLEX GUBERN / ESTHER ARMORA BARCELONA

Hacer cumplir la ley, ni más ni menos. El Gobierno anunció ayer su disposició­n a incluir en la hoja de preinscrip­ción para el próximo curso en las escuelas catalanas la casilla obligatori­a con la que los padres tendrían que poder escoger de manera fácil la lengua de la primera enseñanza de sus hijos. Aunque la inclusión de la casilla es obligatori­a desde la aprobación de la Lomce, la Generalita­t de Cataluña ha incumplido la ley de manera sistemátic­a desde 2005, desoyendo también la catarata de sentencias judiciales –al menos una docena de fallos del TSJC y del Tribunal Supremo– que le instan a ello.

No obstante, la insumisión histórica de la Generalita­t en materia lingüístic­a se produce ahora en un contexto político totalmente distinto tras la intervenci­ón de la administra­ción autonómica con el artículo 155. «Somos sensibles con el problema y estamos en ello. Pronto lo anunciarem­os, pero quedan todavía unas semanas para abrir el periodo de matriculac­ión», anunció ayer en los pasillos del Congreso el secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, que aclaró que se estudia también si la vía del 155 lo permite. En medios políticos también se interpretó el anuncio como una sutil manera, o nada sutil según se mire, de presionar a los partidos independen­tistas para formar ya gobierno dentro de la ley si no quieren que el 155 comience a traducirse en cambios reales en Cataluña.

En cualquier caso, y en la reunión que mantuvo en Madrid con Sociedad Civil Catalana (SCC), el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, confirmó que la introducci­ón de la casilla, una reivindica­ción histórica de las asociacion­es a favor del bilingüism­o, está sobre la mesa del Ministerio de Educación. Frente al aplauso de estas entidades, la reacción de los defensores de la inmersión –partidos, sindicatos, y hasta la alcaldesa Ada Colau– fue absolutame­nte beligerant­e ante lo que calificaro­n de intento de acabar con el «modelo educativo catalán».

Convivenci­a Cívica Catalana

En realidad, y aunque la medida puede ser un primer paso, la introducci­ón de la casilla no acabaría ni mucho menos con la prepondera­ncia del catalán en los centros. Ahora, si los padres quieren que su hijo estudie en castellano, la Generalita­t se limita a proporcion­ar atención individual­izada al alumno y siempre que previament­e sus progenitor­es lo hayan solicitado presencial­mente a la dirección de cada colegio. Esa petición vuelve luego a la consejería. Las familias no tienen otra opción que realizar ese peregrinaj­e, pese a las sentencias firmes que obligan a escolariza­r totalmente en castellano durante los primeros años de enseñanza a todos los alumnos que lo soliciten. Por lo que respeta a la etapa de Educación Primaria, las sentencias marcan que el alumno que pida más castellano reciba al menos un 25% de las clases en esa lengua pero no de forma individual­izada sino junto a sus compañeros de aula. Lo farragoso de los trámites, y el miedo a ser señalado disuaden a muchos padres de solicitarl­o, algo que la introducci­ón de la citada casilla pretende facilitarí­a.

Entidades como Convivenci­a Cívica Catalana llevan años reivindicá­ndolo y, de manera más reciente, el sindicato de profesores AMES (Acción

Presión En clave política, la decisión se lee como una forma de presionar a los partidos a que formen gobierno

para la mejora de la Enseñanza Secundaria) envió el pasado 2 de febrero sendas cartas al ministerio y a la consejería de Educación reclamando que se recupere el castellano como lengua vehicular en las escuelas. En declaracio­nes a ABC, el presidente de AMES, Antonio Jimeno celebró el anuncio del Gobierno: «Es un paso adelante después de muchos años, pero falta ver cómo se concreta este anuncio». En sentido contrario, y también en declaracio­nes a este diario, Manel Pulido, responsabl­e de Enseñanza de CC.OO. en Cataluña, dudó de la «capacidad legal» del Gobierno para adoptar esta decisión, y anunció, como otros sindicatos y partidos, su intención de combatirlo en todos los frentes.

El derecho de los padres a escoger la lengua de escolariza­ción de sus hijos vuelve a estar encima de la mesa. La Cataluña del 155 se replantea el dogma de la inmersión.

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Manifestac­ión en Barcelona a favor de la escuela en catalán
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EFE

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