Tocar el cielo
Experiencias de altura
El cielo está más cerca de lo que podamos pensar. O, por lo menos, la sensación flotante de estar en él. Las experiencias que hoy recopilamos persiguen esa emoción de altos vuelos.
La estación de Baqueira-Beret es el escenario escogido por Dom Pérignon para crear un «lodge» de ensueño. Situado a 2.000 metros de altura, el espacio tiene carácter efímero y solo estará disponible hasta el 22 de febrero. Eso sí, cuenta con propuestas para disfrutarlo día y noche. Mientras la estación está abierta, se puede acceder desde las propias pistas. Entre descenso y descenso, The Dom Pérignon Lodge se convierte así en un «aprés-ski» en la cúspide. La terraza asegura buenas vistas, que se aderezan con actuaciones de dj’s en directo. La experiencia se redondea con la degustación de champán de la «maison» junto con platos y «snacks» creados por el chef Ramón Freixa (dos estrellas Michelin). Al caer la noche, unos trineos con perros aguardan en el parking del Pla de Beret para trasladar a los comensales hasta este lugar. Una vez allí aguarda un menú ideado por Freixa y maridado con Dom Pérignon Vintage 2009 y Dom Pérignon Segunda Plenitud 2000, un vino creado después de un mínimo de 16 años de elaboración por parte del equipo de enología. Precio: 360 euros. También una propuesta con todo el sabor del «aprés-ski», pero sin salir de la «city» es lo que proponen en el Me London. Hasta marzo, la azotea de este hotel de la capital británica se ha equipado con tres telecabinas para envolverse con todo el glamur alpino. Aquellos que reserven #AprèsWithAView (hasta 10 personas, desde 730 euros), tendrán acceso a una cabina privada decorada con velas y mantas, así como a un servicio directo. Allí, podrán degustar, con vistas al London Eye, el Big Ben o la Catedral de San Pablo, cócteles y champán con una fondue de queso de trufa y embutido, entre otras especialidades del menú creado para la ocasión. Por último, Turismo de Vino propone conocer La Rioja desde el cielo. Se trata de un vuelo en globo que arranca poco después del amanecer. Durante aproximadamente una hora y cuarto, se podrá ver el reflejo del globo en el agua del Ebro, contemplar el mar de viñedos que se extiende por las laderas y brindar en el aire con cava riojano. Después del aterrizaje, aguarda un copioso almuerzo para reponer fuerzas y compartir emociones. Desde 160 euros.