Ya casi es primavera
Estaba avisado y escrito en los partes meteorológicos, sin margen para la sorpresa y el desengaño de quienes se han familiarizado con la nieve y el frío a fuerza de temporales, uno tras otro. La entrada oficial de la primavera no dio ayer para mucho. El invierno prorroga su estancia en España con mínimas por debajo de los cero grados, vientos con rachas de hasta cien kilómetros por hora y nevadas como la que ayer cubrió buena parte de Cataluña, inédita desde 1913 a estas alturas de marzo. Hasta el Domingo de Ramos se mantendrán la inestabilidad y unas temperaturas que la Aemet califica de anómalas, por bajas, y no será hasta la jornada del próximo martes cuando el sol comience a caldear la península, con valores más propios de la primavera. El invierno, cuyos últimos coletazos aún provocarán algunas nevadas este fin de semana, se cerró ayer con un recordatorio de su virulencia, desacostumbrada en un hemisferio resignado a recalentarse y decidido a olvidar su rigor.