Un tifón deja decenas de muertos en Filipinas
El feroz tifón Mangkhut dejó ayer un rastro de devastación tras su paso por el norte de Filipinas y al menos una decena de muertos y desaparecidos a la espera de un recuento fiable de daños y más posibles víctimas, ya que las regiones que sufrieron su embate son áreas montañosas de difícil acceso.
Árboles y postes de electricidad caídos, carreteras cortadas y precarias viviendas destruidas fueron las estampas que dejó en el norte de la isla de Luzón, en el extremo más septentrional de Filipinas, el azote del tifón.
Sólo en la provincia de Cagayan, por donde el tifón entró al país, Mangkhut dejó al menos 14.000 viviendas totalmente destruidas y su gobernador, Manuel Mamba, hizo un llamamiento al gobierno nacional para el envío de fondos y ayuda humanitaria.
Tras tocar tierra en la localidad de Baggao, en la costa nororiental del país, el sábado a la 01.40, hora local, Mangkhut arrastraba vientos de hasta 305 kilómetros por hora, lluvias torrenciales y provocó olas de hasta seis metros.
En su trayectoria hacia el oeste, el tifón se fue debilitando ligeramente y abandonó el territorio filipino alrededor de las 10.00 con rumbo a Hong Kong (China) con vientos sostenidos de 170 kilómetros por hora y rachas de 260.
En todas las regiones golpeadas por el tifón se ha evacuado a más de 100.000 personas, aunque los afectados ascienden a más de 5 millones de filipinos que viven en un radio de 125 kilómetros de la trayectoria de Mangkhut, según el Centro de Reducción de Desastres.