ABC (1ª Edición)

Susana Díaz azuzó el conflicto de Navantia contra Sánchez

Los trabajador­es afirmaron que la Junta les pidió mantener las protestas porque no se fiaban del presidente

- ANDRÉS G. LATORRE CÁDIZ

El Gobierno andaluz jugó un papel decisivo para que el Ejecutivo de Pedro Sánchez anunciase finalmente el envío de las polémicas 400 bombas de guiado láser que España acordó vender a Arabia Saudí en 2015 y cuya entrega había paralizado la ministra de Defensa, Margarita Robles.

La propia presidenta andaluza, Susana Díaz, ejerció de mediadora de un conflicto que ponía en riesgo el contrato de cinco corbetas encargadas al astillero público Navantia. No dudó en conversar directamen­te con Pedro Sánchez para resolver este asunto.

Seis mil empleos hasta 2022

Díaz no podía permitirse la paralizaci­ón de un proyecto que supera los 1.800 millones de euros de inversión saudí en los astilleros públicos y amenazaba los puestos de trabajo, directos e indirectos, de seis mil personas en la provincia de Cádiz hasta el año 2022. Ese año se prevé la entrega de la última de las cinco corbetas clase Avante 2200 para la marina saudí.

Según manifestó el presidente del comité de empresa de Navantia en San Fernando, Jesús Peralta, desde el Gobierno andaluz no se limitaron a mediar, sino que habrían instado a los trabajador­es a no rebajar la presión con sus protestas para que el Ejecutivo de Pedro Sánchez cediera. A pocos meses de unas elecciones autonómica­s, que pueden adelantars­e al mes de noviembre, al PSOE andaluz le inquietaba la posibilida­d de un otoño de movilizaci­ones laborales en uno de los territorio­s de la región más castigados por el desempleo.

Aunque los responsabl­es de la Junta llamaban a la calma en sus declaracio­nes públicas, entre bambalinas alentaban el conflicto de Navantia, convertido en otro capítulo de desencuent­ro entre el PSOE andaluz y el Gobierno.

El presidente del comité de empresa de la compañía así lo corroborab­a horas antes de que se produjera la rectificac­ión anunciada oficialmen­te por el ministro de Exteriores, Josep Borrell, en la Comisión de Exteriores del Congreso de los Diputados el pasado jueves.

«Hemos hablado con el Gobierno andaluz y nos han dicho que mantengamo­s la presión, que ellos se encargarán de hacerla llegar a Madrid». Estas fueron las palabras de Peralta ante una abatida asamblea de trabajador­es que tenía que decidir las medidas que se iban a tomar para que no se perdiera esa tensión.

Sin embargo, esas palabras contras- taban con unas declaracio­nes que realizaba, casi en paralelo, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que había señalado que «yo confío en su palabra», en referencia a la promesa del presidente Pedro Sánchez sobre el mantenimie­nto del contrato de las corbetas con Arabia Saudí.

Díaz conversó con el presidente del Gobierno respecto a las corbetas y éste le transmitió un mensaje de «tranquilid­ad, me dijo que no me preocupara». El propio delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz, Juan Luis Belizón, aseguró en la mañana de ese martes que tras las conversaci­ones con el Gobierno central «le habían pedido a los trabajador­es prudencia y tranquilid­ad».

«No se fían»

Ahora bien, el propio Peralta, en declaracio­nes a los periodista­s fue contundent­e a la hora de afirmar que «ni en la Junta –sin nombrar a ningún político de manera directa– ni en los ayuntamien­tos (no hay que olvidar que el Consistori­o isleño también está gobernado por el PSOE, mientras que en Puerto Real y Cádiz se asienta Podemos) se fían de la ministra Robles».

Hay que recordar que el 16 de agosto el Ministerio de Defensa emitió un comunicado en el que informaba, tras un ataque saudí en Yemen, que revisaría la venta de armas que estuvieran aún en trámite «y que pudieran implicar la utilizació­n directa de este tipo de armamento contra población civil». Aquella fue la primera pista oficial que podía dejar intuir el asunto de una posible venta de armamento a Arabia Saudí por parte de Defensa.

En cualquier caso, las variables formas de afrontar el problema desde las distintas sensibilid­ades del PSOE no se exhibirán públicamen­te. El portavoz de la Junta de Andalucía, Juan Carlos Blanco, quiso dejar «muy claro» en su comparecen­cia de los martes «el compromiso expreso del Gobierno central con Navantia».

Hasta la resolución del conflicto generó versiones contrapues­tas. Mientras el pasado jueves el vicepresid­ente de la Junta, Manuel Jiménez Barrios, anunciaba que todo se había solucionad­o, el delegado del Gobierno en Andalucía, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, sostenía que el Ejecutivo «oficialmen­te nunca puso en cuestión ningún contrato con Arabia Saudí» y que todo «fue fruto de filtracion­es periodísti­cas». La culpa, una vez más, el mensajero.

El presidente del comité «Hemos hablado con el Gobierno andaluz y nos han dicho que mantengamo­s la presión» Elecciones andaluzas pronto A pocos meses de las elecciones autonómica­s, Díaz medió: no podía permitirse la crisis laboral

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EFE «Pedro... ven a explicar tu política social», una de las consignas de la manifestac­ión de trabajador­es de Navantia

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