ABC (1ª Edición)

Vía libre a 3.000 porteadore­s al día aunque la aduana sigue cerrada

Mañana se cumplen 50 días del cierre del paso comercial ante el silencio del Gobierno

- ENRIQUE DELGADO SANZ MELILLA

La frontera entre Melilla y Beni Enzar (Marruecos) tiene tres partes. La vertiente marroquí, la española y, en medio, la conocida como «tierra de nadie». Se trata de apenas 200 metros en los que, en casos normales, impera una suerte de soberanía compartida entre los dos países de la frontera en cuestión. En el caso de este puesto fronterizo, la «tierra de nadie» tiene dueño: Marruecos, lo que deja claro quién marca el paso en el lugar.

En estos 200 metros están varados los nueve camiones que no pudieron regresar a España después de que el Reino alauí decidiera de manera unilateral que la aduana comercial se iba a cerrar. Mañana se cumplirán 50 días de un desplante que, por el momento, no ha resuelto el Gobierno y que, además de las pérdidas económicas que pudiera generar, pone de manifiesto una contradicc­ión: la aduana sigue sin abrir pero a escasos minutos de allí hay una puerta fronteriza que se abre todos los días y por la que pasan toneladas de mercancías libres de aranceles.

A menos de dos kilómetros –o a sólo cinco minutos en coche– de la frontera de Beni Enzar, siguiendo el discurrir de la valla de Melilla, está el paso del «Barrio chino». Allí, todas las mañanas y en virtud de los cálculos de la Guardia Civil, unos 3.000 marroquíes cruzan a España para cargar, en cada caso, otros tantos bultos que transporta­n 70 camiones cargados hasta la bandera. Estas chatarras con ruedas circulan de casualidad después de haberle dado varias vueltas al cuentakiló­metros y depositan los fardos en una explanada. Al pie de los remolques se arremolina­n, como si fueran hormigas, los porteadore­s marroquíes, que arrastran los fardos como buenamente pueden hasta el paso fronterizo.

Según informan fuentes de la Bene- mérita, cada uno consigue apenas 10 euros por dejarse los riñones subiendo un bulto por la cuesta que lleva de vuelta a Marruecos. Con eso pueden vivir ese día, pero mañana tendrán que volver a por otro bulto. Si no, la familia no comerá. Algunos lamentan que antes se cobraba más, pero hasta en esto manda la ley de oferta y demanda: como cada vez hay más porteadore­s, el precio del servicio baja.

Lo pondrán difícil

La mercancía que arrastran los porteadore­s sale, en la mayoría de los casos, del polígono de Las Margaritas, en Melilla, actualment­e a medio gas porque parte del negocio, el que cruzaba legalmente a Marruecos a través de la aduana ahora cerrada, no está.

Según ha podido saber ABC de fuentes conocedora­s del conflicto, se antoja difícil la reapertura, ya que Marruecos tiene dispuesto un sólido esquema legal para conseguir que la aduana no vuelva a estar operativa y, por ende, que los barcos mercantes puedan atracar directamen­te en el puerto de Beni Enzar en lugar de hacer escala en el de Melilla para que después la mercancía vaya a Marruecos por carretera.

«Estamos buscando soluciones», admite la delegada del Gobierno en Melilla, Sabrina Moh Abdelkader, quien no suelta prenda sobre el estado de las negociacio­nes entre España y Marruecos. Poco se conoce al respecto más allá de la reciente creación de un grupo de trabajo conjunto entre ambos países para tratar el tema.

Bastante más expresivo se muestra el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda (PP), quien insiste en la «falta de respeto» a España que supuso el cierre unilateral de la aduana por parte de Marruecos. «Que alegaran motivos de soberanía en el caso de la aduana es un matiz que no me gusta nada», critica Imbroda, quien recalca a este diario que España no debe mirar desde abajo al vecino alauí. «No tenemos ninguna deuda con Marruecos, sino al revés, somos uno de sus mejores aliados en la Unión Europea», asegura.

Mientras tanto, los despidos acechan a los trabajador­es de las comercios y operadoras aduaneras, que han visto reducido su negocio. «Esto son palabras mayores», advierte Antonio Mena, presidente del Colegio de Agentes Aduaneros de Melilla. «La principal industria que tenemos aquí es Marruecos», insiste Mena, quien vaticina daños millonario­s para los comerciant­es de la Ciudad Autónoma si no hay una reacción diplomátic­a que frene el golpe. La estimación del Gobierno local habla de 100 millones de euros perdidos en un año.

Hasta entonces queda mucho pero, he aquí una pista: los porteadore­s siguen pasando cada día por el «Barrio chino» y en la «tierra de nadie» de Beni Enzar se sigue hablando en árabe.

Despidos en el horizonte Si la aduana continúa clausurada, los operadores y comerciant­es tendrán que aligerar personal

 ?? IGNACIO GIL ?? Cientos de porteadore­s en el paso del «Barrio Chino», justo antes de cruzar con sus fardos a Marruecos
IGNACIO GIL Cientos de porteadore­s en el paso del «Barrio Chino», justo antes de cruzar con sus fardos a Marruecos
 ?? IGNACIO GIL ?? Los camiones varados en la aduana de Beni Enzar (Marruecos)
IGNACIO GIL Los camiones varados en la aduana de Beni Enzar (Marruecos)

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