ABC (1ª Edición)

Trump azuza la guerra comercial con China con nuevos aranceles

∑ Podría aplicar un 10% a los productos chinos por un valor de 200.000 millones de dólares

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Donald Trump ha llegado a deslizar que no le importaría declarar la guerra comercial total a China y someter a fuertes aranceles a todos los bienes que importa del gigante asiático. Esta semana estará un paso más cerca de ello: el presidente de EE.UU. tiene previsto anunciar una nueva batería de aranceles a China, según ha adelantado este fin de semana «The Wall Street Journal». La medida supondría una tarifa del 10% a importacio­nes por valor de 200.000 millones de dólares, que se sumarían a otras dos decisiones agresivas tomadas por la Administra­ción Trump en lo que va de año: los aranceles al acero y al aluminio –que también se impusieron a otros socios comerciale­s– y los que se aplicaron a bienes por valor de 50.000 millones de dólares en julio. Tras esta última decisión, China cumplió con su promesa de responder a los aranceles con la misma moneda. Trump subió la apuesta y ordenó a su oficina de comercio a que elaborara una lista de productos chinos por valor de 200.000 millones que serían objeto de un nuevo arancel.

China calificó entonces la idea de «irracional» y «completame­nte inaceptabl­e», pero todo apunta a que hoy o mañana el presidente de EE.UU. lo hará oficial. No hay duda de que Pekín responderá con otro ataque comercial, pero lo cierto es que tiene menos capacidad de maniobra que Trump: el año pasado, EE.UU. importó productos chinos por valor de 505.000 millones de dólares, mientras que China solo recibió exportacio­nes estadounid­enses por valor de 129.000 millones.

La decisión de Trump parece una estrategia para forzar concesione­s por parte de China, pocos días antes de que se retomen las conversaci­ones comerciale­s entre ambos países. Está previsto que el vicepremie­r de China, Liu He, viaje a Washington los días 27 y 28 de este mes para mantener negociacio­nes con el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el resto de altos cargos comerciale­s de la Administra­ción. Si las conversaci­ones van por un camino adecuado para Washington, también habrá una reunión con el presidente de EE.UU. Ahora, todo eso -incluso la propia celebració­n de las conversaci­ones- está en el aire.

Los nuevos aranceles entrarían en vigor dentro de unas semanas y, si no consiguen torcer el brazo de China, podrían ser una apuesta peligrosa para Trump. Las elecciones legislativ­as de noviembre, donde los republican­os se juegan conservar su mayoría en las dos cámaras del Congreso, están a la vuelta de la esquina y la guerra comercial iniciada por el presidente de EE.UU. no se ve con buenos ojos en sectores amplios del empresaria­do. Varias asociacion­es patronales que se oponen a los aranceles están convirtien­do la guerra comercial en un asunto de campaña. En su opinión, las tensiones en comercio afectan a los avances económicos conseguido­s por Trump con la reforma fiscal y su eliminació­n de regulacion­es.

La nueva ronda de barreras comerciale­s –que incluye productos de consumo de todo tipo, desde marisco a bicicletas– tendría además un impacto más visible en los precios que paga el consumidor medio estadounid­ense (hasta ahora los aranceles se habían centrado más en bienes de equipo industrial­es), y con la llegada de las compras masivas por festividad­es –Halloween, Acción de Gracias, Navidades– podría desatar una respuesta negativa del electorado. Además, es muy probable que la represalia china a los nuevos aranceles afecte a exportacio­nes agrícolas estadounid­enses, un sector normalment­e alineado con los republican­os.

Productos de consumo La nueva ronda de barreras comerciale­s podrían afectar desde el marisco hasta las bicicletas

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AFP Trump vuelve a cargar contra el déficit comercial que mantiene su país con China
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