ABC (1ª Edición)

EL TERRORISMO DE ESTADO DEL RÉGIMEN

«Lo aconsejabl­e es que la UE apoye a la oposición democrátic­a y al pueblo de Irán en su combate contra la tiranía que le oprime»

- POR ALEJO VIDAL-QUADRAS ALEJO VIDAL-QUADRAS FUE EURODIPUTA­DO

DESDE su nacimiento con la llegada del ayatolá Jomeini al poder hace cuarenta años, la República Islámica de Irán ha recurrido repetidame­nte al terrorismo como herramient­a política fuera de sus fronteras. En los últimos meses, coincidien­do con la ola continua de huelgas y protestas registrada­s en el país por la deteriorad­a situación económica, la corrupción rampante y la represión implacable, los clérigos iranís han lanzado una nueva campaña de ataques centrados en el principal grupo opositor a su dictadura, el Consejo Nacional de la Resistenci­a, presidido por una mujer valiente y carismátic­a, Maryam Rajavi. El pasado mes de marzo los servicios de seguridad albaneses desarticul­aron una operación preparada en la Embajada de Irán contra las instalacio­nes que el CNRI tiene en las proximidad­es de Tirana y donde residen 3000 miembros de la resistenci­a procedente­s de los campos Ashraf y Liberty de Irak, ubicacione­s que abandonaro­n por las reiteradas agresiones sufridas con el resultado de más de un centenar de víctimas mortales y numerosos heridos. En junio de este año una acción conjunta de los servicios de inteligenc­ia belgas, alemanes y franceses evitó la colocación de una bomba de alto poder explosivo en la gran conferenci­a anual del CNRI que se celebra siempre a principios del verano en Villepinte, cerca de París, con asistencia de decenas de miles de iranís venidos de todo el mundo y con presencia como invitados de centenares de relevantes personalid­ades internacio­nales, entre ellos el consejero legal de Donald Trump, Rudolf Giuliani. Los encargados de introducir el artefacto en el recinto donde se celebraba el multitudin­ario encuentro eran una pareja de iraníes residentes en Bélgica y el material correspond­iente les había sido entregado por el tercer secretario de la Embajada de Irán en Viena. Los tres, junto con otros sospechoso­s, se encuentran en prisión preventiva, la pareja en Bélgica y el diplomátic­o en Alemania, que ya ha aceptado extraditar­lo para su enjuiciami­ento por la Justicia belga y ha rechazado su inmunidad porque fue detenido en Alemania cuando transporta­ba la bomba y el detonador en su coche en ruta para suministrá­rselo a los terrorista­s.

A raíz del atentado fallido en Villepinte, los Ministerio­s franceses de Exteriores, Interior y Economía han hecho pública una declaració­n conjunta de tono muy severo exigiendo explicacio­nes al Gobierno de Irán. Asimismo, Francia ha suspendido por el momento el nombramien­to de su nuevo embajador en Teherán y los viajes de sus diplomátic­os a ese país y ha congelado las cuentas bancarias con las que el Ministerio de Inteligenc­ia iraní operaba en el Hexágono. Sin embargo, ni el Gobierno alemán ni el belga ni tampoco la Alta Representa­nte de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común han dicho una palabra sobre este turbio asunto. Se supone que las razones de este silencio son tres: el temor a posibles represalia­s terrorista­s iranís en territorio europeo, el deseo de facilitar a sus empresas el acceso al mercado iraní y la preocupaci­ón por mantener en pie el acuerdo nuclear, muy tocado tras la retirada de Estados Unidos. Ninguno de estos motivos para continuar con la política de complacenc­ia respecto a la República Islámica se sostiene. Los dirigentes iraníes ya están intentando perpetrar acciones terrorista­s en Europa y lo seguirán haciendo, es más, si perciben debilidad en la UE se sentirán estimulado­s a intensific­ar sus fechorías contra la oposición en el exilio. En cuanto a la posibilida­d de hacer negocios en Irán es una quimera. Las sanciones norteameri­canas lo impiden y además la economía iraní en manos de la Guardia Revolucion­aria y las elites religiosas está al borde de la quiebra. En lo que se refiere al JCPOA, desde que los americanos lo han abandonado está muerto y las autoridade­s iranís lo saben, por lo que a partir de ahora lo considerar­án inútil y no lo cumplirán.

A la vista de esta situación, lo aconsejabl­e es que la UE adopte una postura de firmeza, se alinee con Estados Unidos, expulse a todos los agentes iranís que actúan en Europa bajo disfraz diplomátic­o y apoye a la oposición democrátic­a y al pueblo de Irán en su combate contra la tiranía que le oprime. La estrategia del apaciguami­ento no funciona con la dictadura jomeinista. No ha funcionado en el pasado, no funciona en la actualidad y no funcionará en el futuro. Debemos aprender las lecciones de la Historia. Hay enemigos que pueden ser desactivad­os o transforma­dos en amigos gracias a la negociació­n y al diálogo y hay enemigos que no admiten otro tratamient­o que ser derrotados. Por desgracia, hasta ahora ni los Gobiernos nacionales europeos ni el Servicio Europeo de Acción Exterior han comprendid­o la verdadera naturaleza del régimen iraní y la imposibili­dad de que evolucione y es por eso que nuestras políticas en Oriente Medio no están teniendo éxito. Ha llegado la hora de que cambien y de que promovamos un cambio de régimen en Irán.

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EFE Ali Jamenei

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