ABC (1ª Edición)

El clientelis­mo, el hilo que conecta todos los casos de corrupción de Andalucía

∑Enchufismo, reparto de fondos sin control y con el objetivo de amarrar votos y financiar favores caracteriz­an los fraudes que investigan los juzgados

- ANTONIO R. VEGA

ERE, Faffe, Invercaria, Jeremie, Santana, Avales, Formación, Delphi o el más reciente Transferen­cias de Financiaci­ón... El interminab­le goteo de casos que investigan los juzgados andaluces tienen el mismo esquema de funcionami­ento: la utilizació­n del dinero público para fidelizar votos y perpetuar a los socialista­s en el poder. Es el «método ERE». Una frase explica este modo de entender y ejercer la política en Andalucía sobre la que el PSOE ha edificado su compacta hegemonía durante 36 años, que pueden ser cuarenta si Susana Díaz logra retener el gobierno después del 2 de diciembre. «La Junta colabora con quien colabora». Con este desahogo, Daniel Ponce, subdirecto­r de Mercasevil­la, pedía una «mordida» a unos empresario­s a cambio de una subvención de la Junta de Andalucía. Su voz quedó grabada en unas cintas que llegaron a la juez Mercedes Alaya y constituye­ron el precedente de la macrocausa de los ERE.

Por si cabía alguna duda, Irene Sabalete, delegada de Empleo de la Junta de Andalucía en Jaén, se lo dijo aún más claro a sus trabajador­es en víspera de las elecciones andaluzas de 2012, cuando el PSOE veía amenazado su dominio: «Si no ganamos las elecciones, vosotros no vais a seguir trabajando en la Junta de Andalucía. Os quiero a todos en la calle haciendo campaña por el PSOE. Esto es lo que más se parece a los testigos de Jehová». Es el evangelio del fraude a la andaluza y éstos son los seis mandamient­os que conectan todos los casos.

UNO CREARÁS UNA RED DE TERMINALES BUROCRÁTIC­AS

En sus 36 años de existencia, la Junta de Andalucía ha creado una red de agencias y empresas satélites que le permitía movilizar fondos públicos burlando los rigurosos controles que tiene el dinero directamen­te gastado por las consejería­s. Este método adquirió su refinamien­to en el caso ERE.

Los expresiden­tes Manuel Chaves y José Antonio Griñán y 20 ex altos cargos más están siendo juzgados en la Audiencia de Sevilla por diseñar y mantener durante diez años (2000/2010) un «sistema opaco» preñado de «descontrol» que facilitó el reparto «con total discrecion­alidad» de 855 millones de euros en subvencion­es.

¿En qué consistía el método? La Consejería de Empleo enviaba los fondos a una agencia pública, IFA/IDEA, para que ésta pagara las ayudas que previament­e había concedido a empresas mediante convenios o con un simple «post-it». Este sistema «perverso», como lo han denominado los peritos de auxilio judicial que analizaron las 270 ayudas dadas, impedía fiscalizar­las a la Intervenci­ón de la Junta. Sin vigilancia, el deterioro de los expediente­s fue inmediato. Parte del dinero acabó en las redes de empresas afines al poder político, comisionis­tas y intrusos en ERE trucados.

El mecanismo empleado eran las llamadas transferen­cias de financiaci­ón. La juez Pilar Ordóñez investiga si, aparte de Empleo, otras consejería­s del Ejecutivo andaluz regaron con fondos a la agencia que pagaba los ERE para gastar sin control. Están bajo sospecha otros 3.500 millones de euros, el importe aproximado transferid­o a IDEA en doce años (2000-2011).

La citada agencia está en el epicentro de otros fraudes que afectan a la distribuci­ón de avales y ayudas autonómica­s: Fondos Jeremie, Santana Motor, Avales I y II e Invercaria, una sociedad propiedad de IDEA que concedía préstamos a empresas con balances contables en números rojos y que ha teñido de rojo la contabilid­ad del ente público. El Gobierno enterró 252 millones de euros en ocho años en la Fundación Faffe, que realizó 8.844 contratos irregulare­s en dos años y medio con las subvencion­es que recibía.

DOS PRESERVARÁ­S LA PAZ SOCIAL POR ENCIMA DE TODO

«Mantener la paz social» era el objetivo final que figuraba en el convenio marco de 2001 que instauró el sistema de los ERE y también en el preámbulo de los acuerdos de concertaci­ón. La Junta, la Confederac­ión de Empresario­s de Andalucía (CEA) y los sindicatos UGT y CC.OO. suscribier­on hasta siete acuerdos entre 1993 y 2009 que movilizaro­n en torno a 2.000 millones de euros entre las citadas organizaci­ones. En teoría, el dinero iba a servir para crear empleo en la región más castigada con el paro. Nunca se evaluaron sus resultados. Lo que sí corroboran casos judiciales como el de UGT Andalucía es que parte de las subvencion­es nominativa­s sirvieron para engordar los enormes aparatos burocrátic­os de estas organizaci­ones. Sólo el agujero creado por las subvencion­es para formación concedidas a UGT ronda los 100 millones, según un informe del perito judicial. A costa del presupuest­o público, sucesivos gobiernos se aseguraron su tranquilid­ad políti- ca durante tres décadas y la complicida­d de los agentes sociales y empresaria­les para apagar los conflictos laborales que pudieran poner en riesgo su longeva hegemonía institucio­nal.

TRES SUBVENCION­ARÁS SIN ATENDER A LAS NORMAS

Si algo caracteriz­a el «método ERE» es su perfil clientelar. El dinero público es el aceite que lubrica el sistema. La agilidad en la distribuci­ón de fondos prevalece sobre la ley. Es lo que sucedió con el programa de los ERE, que el exdirector general de Trabajo Francisco Javier Guerrero bautizó como un «fondo de reptiles». Las ayudas a prejubilac­iones no se publicaban en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía ni había convocator­ia pública.

Ausentes las normas, imperó la ley del embudo. Entre 2000 y 2010, 120.829 trabajador­es andaluces se vieron afectados por ERE, pero las ayudas sólo llegaron a 6.096 sin que nadie haya sabido explicar el porqué. El vicepresid­ente de la Junta Gaspar Zarrías comparó el programa con los fondos de emergencia para catástrofe­s: «Los conflictos surgían cuando surgían. No había un cartel que dijera en caso de terremoto puede acudir a esta ayuda».

Este modus operandi funcionó en Invercaria. La empresa autonómica

de capital riesgo repartió 60 millones entre 276 proyectos sin atenerse a ninguna orden, con un plan de negocio que a veces se limitaba a dos folios escritos a boli. El Consejo de Gobierno transformó un crédito público de 36,1 millones en una ayuda a fondo perdido a Santana Motor, sin posibilida­d de retorno a las arcas. Caudales que fueron esquilmado­s a los andaluces.

CUATRO COLOCARÁS A TU FAMILIA Y AMIGOS

La Junta es la mayor empresa de Andalucía y la que más empleados tiene (270.000). Pero no toda la mano de obra ha entrado en la Administra­ción tras superar unas oposicione­s. Un caso paradigmát­ico es el de la Faffe, que se convirtió en una «agencia de colocación» para el PSOE, según detalla la Guardia Civil, que acreditó la existencia de 200 contratado­s con vínculos con el partido y los sindicatos. Con la liquidació­n de la fundación en 2011, sus 1.552 empleados se incorporar­on al Servicio Andaluz de Empleo, donde la mayoría sigue trabajando. En la agencia IDEA, dedicada a impulsar la economía andaluza, encontraro­n un sueldo más de una veintena de hijos, sobrinos, nueras, hermanos y primos de exresponsa­bles del PSOE y excargos públicos. Ambos son entes deshabitad­os de funcionari­os. El Gabinete Jurídico de la Junta reconoció que se delinquió en los ERE porque no había funcionari­os tramitando las ayudas sino «personal de confianza» procedente de la disuelta Fundación Faffe.

CINCO ENRIQUECER­ÁS A TUS AMIGOS

Uno de los mantras que repite la Junta es que no ha habido enriquecim­iento. «Chaves y Griñán no se han llevado un duro», subraya Susana Díaz. Sin embargo, omite que están siendo juzgados por diseñar un sistema que permitió que otros se apropiaran de caudales públicos. Por no custodiar como es debido el dinero público, que no es de nadie sino de todos. Los investigad­ores cifraron en 13,4 millones la fortuna que amasó Juan Lanzas gracias a las sobrecomis­iones ilegales que distrajo a las arcas públicas por tramitar ayudas. Hasta su madre bromeó con su tren de vida: «Tenía dinero pa’ asar una vaca». El juez del caso Invercaria ha procesado a exdirectiv­os de la sociedad porque permitiero­n «un ilícito enriquecim­iento de terceros».

SEIS PONDRÁS A UN «GOLFO» PARA AYUDAR A CRIATURITA­S

El Gobierno andaluz puso en las manos de Francisco Javier Guerrero un fondo de 647 millones para manejaba a su antojo. No actuaba solo. Era el hombre que resolvía los problemas, el que socorría con ayudas a las «criaturita­s necesitada­s de ayuda». Desde el fax del Gabinete de Chaves le instaron, por ejemplo, a solucionar «inmediatam­ente» la crisis en la empresa cordobesa Bilore. Este mismo papel lo ejerció en la Faffe Fernando Villén, el exdirector que pagó con tarjetas oficiales en cinco clubes de alterne. Al estigma de «golfos» que le colgaron en el Gobierno andaluz para culparlos del fraude, se une su afición común por el alcohol y los excesos nocturnos. Se soslaya que ocuparon cargos de responsabi­lidad durante nueve y ocho años, respectiva­mente. Eran parte esencial del engranaje de la Junta, quienes hicieron girar la rueda de las victorias electorale­s.

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 ?? IGNACIO GIL ?? La diputada del PP por Sevilla María Eugenia Romero mostraba ayer la portada de ABC a la ministra de Justicia al preguntarl­e por la corrupción
IGNACIO GIL La diputada del PP por Sevilla María Eugenia Romero mostraba ayer la portada de ABC a la ministra de Justicia al preguntarl­e por la corrupción

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