ABC (1ª Edición)

La investigac­ión de Khashoggi apunta al círculo más cercano del heredero saudí

Según la Inteligenc­ia turca, al periodista comenzaron a descuatiza­rlo aún vivo

- DAVID ALANDETE

La visita oficial de Mohammed bin Salman a España en abril ha servido a quienes investigan la desaparici­ón del periodista Jamal Khashoggi para ubicar a los sospechoso­s de su muerte en el círculo más cercano del príncipe heredero saudí. En ese viaje acompañó al hijo del rey Salman y ministro de Defensa al menos uno de los 15 ciudadanos saudíes que volaron a Estambul el mismo día en que desapareci­ó Khashoggi, de quien las autoridade­s turcas sospechan que fue ejecutado y desmembrad­o en el consulado saudí.

Maher Abdulaziz Mutreb voló el 11 de abril a Torrejón como parte de un séquito de 600 personas que acompañaba a Bin Salman, quien se reunió con el expresiden­te Mariano Rajoy y los Reyes. En 2007, Mutreb fue destinado como diplomátic­o a Londres pero desde hace poco trabaja en la seguridad del príncipe heredero, y le ha acompañado en viajes a París y EE.UU., donde ha visitado la Casa Blanca y Naciones Unidas. Los investigad­ores turcos sospechan que otros supuestos autores del homicidio de Khashoggi viajan frecuentem­ente con Bin Salman, como responsabl­es de su seguridad.

Las imágenes de Mutreb junto a Bin Salman invalidan la coartada que el reino saudí ha ofrecido a EE.UU., que envió a Riad a su ministro de Exteriores, Mike Pompeo, a pedir explicacio­nes. Según dijo Bin Salman a Donald Trump en conversaci­ón telefónica, la muerte de Khashoggi podría ser responsabi­lidad de un grupo de militares que operaban por su cuenta. Trump ha expresado dudas sobre que el asesinato fuera ordenado por la corona saudí. «Se les considera culpables antes de que puedan probar su inocencia», dijo el presidente norteameri­cano.

Sin embargo, los servicios de Inteligenc­ia turcos han entregado a EE.UU. pruebas –una de ellas una grabación de sonido– que demuestran que Khashoggi fue ejecutado en el consulado saudí en Estambul, donde se le vio por última vez el 2 de octubre. Dentro fue golpeado y drogado, se le cortaron los dedos y un forense, Salah al Tubaigy, comenzó a descuartiz­arlo cuando aún estaba vivo en la mesa del despacho del cónsul, Mohamed al Otaibi. Los 15 sospechoso­s llegaron a Turquía el mismo día en que Khashoggi iba a pedir un certificad­o de divorcio.

En un principio, el Gobierno de Turquía filtró una lista con los nombres y fotos en el aeropuerto de los 15 sospechoso­s, aunque luego se supo que varios de ellos viajaron con identidade­s falsas. De momento los servicios de Inteligenc­ia turcos y norteameri­canos han identifica­do a siete. Aparte de Mutreb y el forense, llegaron de Riad tres miembros de la Guardia Real, Abdulaziz Mohammed al Hawsawi, Thaar Ghaleb al Harbi y Muhammad Saad Alzahrani, y dos uniformado­s de la Fuerza Aérea, el mayor Waleed Abdullah al Shehri y el oficial Naif Hasan Alarifi.

Los 15 saudíes se dividieron en su regreso a Riad; una parte salió de Estambul a El Cairo y la otra a Dubái. Los investigad­ores turcos no han logrado saber todavía qué hicieron con el cuerpo de Khashoggi. El consulado saudí solo permitió el acceso de la Policía turca el lunes (seis días después), y el despacho del cónsul había sido limpiado y pintado. Ayer, los agentes pudieron entrar en la residencia del cónsul, que el lunes voló a Riad y desde entonces ha sido relevado del puesto y se halla bajo investigac­ión.

De todos esos detalles dio cuenta

Uno de los sospechoso­s voló a Madrid como parte del séquito que acompañaba­n a Bin Salman en sus reuniones oficiales en La Moncloa y Zarzuela

Los agentes turcos pudieron entrar ayer en la residencia del cónsul, que el lunes pasado viajó a Riad, fue relevado del puesto y se halla bajo investigac­ión

ayer el Gobierno turco a Pompeo, que se reunió con el presidente Recep Tayyip Erdogan en Ankara. De sus reuniones previas con el Rey Salman y su hijo en Riad, el secretario de Estado norteameri­cano dijo: «Se han comprometi­do a que quienes tengan que rendir cuentas lo hagan». Parecía aceptar así el máximo responsabl­e de la diplomacia norteameri­cana la explicació­n de que la corona no sabía nada de los planes de ejecutar a Khashoggi.

Aunque Khashoggi residía en Washington, no tenía ciudadanía norteameri­cana, lo que explica que EE.UU. no investigue el caso. Aunque en el pasado fue alguien cercano a la familia real saudí, en años recientes se había convertido en una voz crítica que aconsejaba prudencia a la comunidad internacio­nal en su trato con Bin Salman, responsabl­e de medidas aperturist­as como la autorizaci­ón de que las mujeres puedan conducir. El 29 de septiembre participó en una conferenci­a en Londres en la que criticó el acercamien­to entre Arabia Saudí e Israel.

Aliado de Washington

Aconsejado por su yerno, Jared Kushner, Trump ha estrechado notablemen­te los lazos de EE.UU. con Arabia Saudí y ha confiado en que su mediación ayude a los países suníes a poner fin al conflicto entre israelíes y palestinos. Su primera visita como presidente fue precisamen­te a Riad, donde participó en una cumbre tras la cual los países suníes impusieron un embargo a Qatar y EE.UU. anunció que retomaba las sanciones a Irán, el principal enemigo geoestraté­gico de Arabia Saudí en la zona.

«Solo espero que se aclare qué es lo que ha ocurrido», dijo ayer Trump en declaracio­nes a los medios en la Casa Blanca. «Arabia Saudí es un aliado muy importante para nosotros en Oriente Próximo, tenemos intereses económicos conjuntos muy fuertes». En 2017, tras la mediación de la Casa Blanca, Arabia Saudí se comprometi­ó a adquirir 110.000 millones de dólares (95.500 millones de euros) en armas de empresas norteameri­canas, de los que de momento ha pagado 14.500 millones.

Justo el día en que Pompeo llegó a Arabia Saudí, este país formalizó el pago de 100 millones de dólares prometidos a ayudar a EE.UU. a estabiliza­r las zonas de Siria recuperada­s al Estado Islámico. Decenas de empresas y líderes políticos han cancelado su participac­ión en una conferenci­a económica organizada por Riad la semana próxima y conocida comúnmente como el «Davos del desierto».

 ?? EFE ?? Maher Abdulaziz Mutreb(señalado a la izquierda) es uno de los sospechoso­s del asesinato de Khashoggi. Acompañó al príncipe heredero de la corona saudí cuando visitó Madrid en abril. Mutreb escoltó a Bin Salman (a la derecha) en sus recepcione­s en La Moncloa y en el palacio de La Zarzuela
EFE Maher Abdulaziz Mutreb(señalado a la izquierda) es uno de los sospechoso­s del asesinato de Khashoggi. Acompañó al príncipe heredero de la corona saudí cuando visitó Madrid en abril. Mutreb escoltó a Bin Salman (a la derecha) en sus recepcione­s en La Moncloa y en el palacio de La Zarzuela
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