ABC (1ª Edición)

Un alumno mata a al menos 19 personas en una escuela de Crimea

Testigos presencial­es desmienten la versión oficial y hablan de varios atacantes

- RAFAEL MAÑUECO CORRESPONS­AL EN MOSCÚ

Una verdadera masacre, a juzgar por el balance final y los testimonio­s de testigos presencial­es, ha sido el resultado del ataque lanzado ayer al mediodía contra una escuela politécnic­a de Kerch (Crimea), territorio pertenecie­nte a Ucrania que Rusia se anexionó en marzo de 2014. Armado con un fusil y varios artefactos explosivos que llevaba en una bolsa, Vladislav Rosliakov, un estudiante de 18 años de cuarto curso, penetró en el colegio, hizo explotar una bomba en la cafetería y subió al segundo piso disparando contra quienes encontraba a su paso, según fuentes oficiales. Un primer balance provisiona­l eleva a 19 el número de muertos y a 52 el de heridos, de ellos casi 20 en estado crítico.

Después, según el jefe del Gobierno local y de facto gobernador de la península, Serguéi Axiónov, Rosliakov se disparó un tiro con su arma. Su cuerpo fue hallado en la biblioteca del centro. Axiónov sostiene que el estudiante actuó solo. Sin embargo, la directora de la escuela, Olga Grebénniko­va, declaró que un grupo de hombres armados irrumpió en las aulas disparando. No obstante, reconoció que acababa de salir del centro y no presenció lo sucedido. Sus informacio­nes dijo que provenían de profesores que sí estaban dentro en el momento de la masacre. Testimonio­s similares de estudiante­s y personas que se encontraba­n cerca de la escuela han aparecido en redes sociales y también señalaban que hubo varios atacantes. En un primer momento, las autoridade­s rusas se mostraron cautas a la hora de definir lo sucedido como atentado terrorista, pero después así lo catalogaro­n.

El «número dos» de la Guardia Nacional, Serguéi Melikov, fue el primero en emplear la palabra «terrorismo» y el Comité de Instrucció­n ruso (SK) así lo ratificó. Pero, finalmente, se cambió la calificaci­ón de «acto terrorista» por el de «asesinato en masa», mientras los medios rusos comparaban el suceso con la masacre en la escuela de Columbine en EE.UU. en 1999.

Un amor no correspond­ido

Rosliakov había colgado en redes sociales simbología de los prorrusos rebeldes separatist­as que luchan en Donetsk y Lugansk contra las tropas de Kiev. Había dedicado también entradas a una chica a la que decía amar, sin que, al parecer, sus sentimient­os se vieran correspond­idos.

El ataque comenzó a las 12.00, hora local. La zona fue acordonada y llegaron decenas de ambulancia­s. Aunque el colegio está dotado de cámaras de seguridad, la Policía facilitó dos únicas imágenes del asesino: una bajando por la escalera con su fusil y una camiseta blanca con una inscripció­n en letras negras que no se puede distinguir; la otra de su cadáver en el suelo de la biblioteca en un charco de sangre. En esta aparece también una bolsa con supuestos artefactos explosivos. Desde Sochi, el presidente Vladímir Putin dio el pésame a los parientes de los fallecidos.

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EFE Los servicios de Emergencia­s atienden a varios heridos tras el ataque

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