Alcoa cerrará dos plantas tras mil millones de euros en ayudas
La aluminera plantea dejar en la calle a sus casi 700 empleados de La Coruña y Avilés
Terremoto industrial en el noroeste. La empresa americana Alcoa, dedicada a la fabricación de aluminio, anunció ayer a los sindicatos y a los gobiernos gallego y asturiano su decisión firme de cerrar dos de las tres plantas que posee en España, en La Coruña y Avilés. De ejecutar su amenaza, dejaría en la calle a los casi 700 trabajadores de las dos factorías.
Según la multinacional, ninguna de estas dos plantas es competitiva en la actualidad, ya que se habrían quedado tecnológicamente desfasadas, lo que provoca que generen «pérdidas significativas» sin un horizonte de mejora. Y a ello añade un cóctel de causas diversas para justificar el cierre: el incremento del coste de la energía, la subida de precios de las materias primas y la sobrecapacidad productora de China. En un comunicado, la empresa abre la puerta a intentar recolocar a parte de la plantilla afectada en la factoría que mantendrá operativa en Cervo (Lugo).
Pero por más que la empresa trate de orientar las causas de su decisión hacia factores externos, los gobiernos de Galicia y Asturias consideran que se trata de un nuevo pulso para obtener mejores condiciones en el precio de la energía –sus factorías son grandes consumidores eléctricos–. En 2014 ya planteó un pulso similar, de nuevo con los empleos de estas dos plantas como rehenes de la situación, y dio marcha atrás después de lograr 142 millones en la subasta del mercado de la interrumpibilidad, aunque posteriormente intentó sin éxito buscar comprador para las plantas. En la puja celebrada este marzo solo obtuvo 90 millones, y ya entonces avanzó que la factoría de La Coruña no era viable.
Mil millones
El anuncio de Alcoa cogió por sorpresa a trabajadores y poderes públicos. El Ministerio de Industria reconoció que el cierre de las plantas no estuvo nunca sobre la mesa, después de tres meses de conversaciones con la compañía de capital americano. Y desde el departamento de Transición Ecológica recordaron que Alcoa abona el kilovatio/hora a 4 céntimos, frente a los 9 del resto de la industria o los 23 que pagan los hogares.
Fuentes próximas al Ministerio de Teresa Ribera reconocen que «es difícil» hacer una estimación de las ayudas públicas de las que se ha beneficiado Alcoa en la última década, pero las calculan alrededor de los mil millones de euros, 500 de ellos solo en los últimos cuatro años. «Si no es la principal, es una de las mayores beneficiadas del actual marco regulatorio para las empresas electrointensivas», apuntaron las citadas fuentes. Por su parte, Alcoa «niega haber obtenido subsidios públicos o trato preferente» para mantener su funcionamiento.
Los presidentes de Galicia y Asturias, Alberto Núñez Feijóo y Javier Fernández, respectivamente, se entrevistarán mañana en Oviedo para forjar «una hoja de ruta común» en defensa del mantenimiento de los empleos, para lo que se instará a la compañía a que reconsidere su decisión. Feijóo recordó que «siempre se encontró una solución» para los sucesivos conflictos con Alcoa, aunque lamentó que el Gobierno de Pedro Sánchez no haya ejecutado una partida presupuestaria ya prevista en las cuentas de 2018 para las empresas electrointensivas, que podría haber evitado este crítico anuncio.
El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, confirmó esta situación pero la atribuyó a la tardía aprobación de los Presupuestos, y avanzó que esta partida se abonará a finales de año. Pero el Ejecutivo no ha ahorrado tampoco críticas a la multinacional. La ministra Teresa Ribera la acusa de no haber realizado «inversiones de mejora» en Avilés y La Coruña en los últimos años, una dejadez fruto de su política «de desinversiones». La empresa replica que estas dos plantas «no eran adaptables». «Las de la misma tecnología que había en el mundo han cerrado», indicaron a ABC.
Acusa al Gobierno por no haber gastado una partida presupuestaria para empresas electrointensivas