Dos semanas en lista de espera
La cotización de los bancos volvió a caer ayer en la Bolsa, cuyo selectivo quedó al cierre de la sesión –8.806,5 puntos– a la altura de diciembre de 2016. El Tribunal Supremo retrasa hasta el próximo 5 de noviembre su decisión sobre el pago de los impuestos derivados de las hipotecas y prorroga una incertidumbre que el sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) ya ha puesto negro sobre blanco. El coste de este radical cambio de criterio a la hora de tributar representaría el desembolso de 3.631 millones de euros, más los intereses de demora, cifra correspondiente a las hipotecas firmadas desde octubre de 2014. Además, otros 13,4 millones de hipotecados antes de septiembre de 2014 podrían pleitear con sus entidades bancarias para recibir 25.657 millones, más intereses. La magnitud de estos números es proporcional a la prudencia del Supremo a la hora de determinar el alcance y la aplicación de la sentencia de la pasada semana, que obligaba a los bancos a reintegrar a sus clientes los gastos derivados de la firma de sus hipotecas, unas cantidades que en primera instancia tendrían que ser abonadas por las haciendas regionales.
El Supremo se toma un tiempo para cargar definitivamente el mochuelo del hipotecazo, y también los bancos frenan en seco. La firma de hipotecas está congelada en la práctica, a la espera de que el Alto Tribunal aporte seguridad jurídica a un sector preparado para cuadrar y recuadrar sus cuentas. Si finalmente les toca pagar, saldrá más caro adquirir sus productos. [ECONOMíA]