Moscú alerta de que el fin del pacto nuclear «hará el mundo más peligroso»
El consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, de visita en Moscú, intentará justificar hoy ante Putin las razones del presidente Trump
Diputados y senadores rusos, dirigentes de partidos políticos y medios de comunicación continúan comentando intensamente y de forma condenatoria la advertencia lanzada por el presidente Donald Trump, sobre su intención de abandonar el tratado de limitación de armas nucleares de alcance intermedio (INF según sus siglas en inglés). De manera que el asesor de Seguridad de la Casa Blanca, John Bolton, comenzó ayer sus conversaciones en Moscú bajo una enorme presión.
El objetivo de su viaje, que se había previsto mucho antes de que Trump diera el campanazo con su inusitado anuncio, incluye una amplia agenda, en la que figura como asunto central la preparación de un nuevo encuentro del presidente norteamericano con su homólogo ruso, Vladímir Putin. Sin embargo, los temas de desarme han pasado a un primer término.
El domingo, el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, anunció su intención de pedir «explicaciones» a Bolton y ayer lo repitió el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. Sin embargo, según fuentes cercanas al secretario de Consejo de Seguridad ruso, Nikolái Pátrushev, el asesor de Seguridad de Trump no está en Moscú para negociar nada que tenga que ver con el INF. En todo caso, Bolton expondrá la postura de Washington al respecto. Al parecer, en la Casa Blanca estarían solamente dispuestos a negociar un tratado nuevo, siempre y cuando China también se una al acuerdo.
Bolton, que ya estuvo en Moscú a finales de junio para preparar la cumbre que mantuvieron Putin y Trump en Helsinki el 16 de julio, fue ayer recibido por el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien le pidió aclarar la posición del presidente estadounidense en cuanto al tratado de desarme. Unas horas antes, el alto funcionario norteamericano mantuvo una reunión con Pátrushev, su homólogo ruso. Según un portavoz del Consejo de Seguridad ruso, el encuentro duró cinco horas y transcurrió «en una atmósfera constructiva».
A Bolton le recibirá hoy Putin en el Kremlin, lo que da idea de la importancia que el máximo dirigente ruso da a las conversaciones con el emisario de Trump. Yuri Ushakov, asesor de Putin en materia de política exterior, también ser verá hoy con Bolton.
Peskov afirmó ayer que «la intención de abandonar este documento –el tratado– por supuesto causa preocupación, ya que esta medida, una vez puesta en práctica, hará el mundo más peligroso». El portavoz presidencial también advirtió que, si Trump finalmente da el paso de abandonar el INF, «Rusia se verá obligada a tomar medidas para garantizar su seguridad». En contra de las acusaciones lanzadas contra Rusia por EE.UU. y la OTAN, Peskov aseguró que «Rusia no está violando el tratado».
Críticas de los republicanos
Mientras tanto, al otro lado del Atlántico, los propios republicanos calificaban de gran error la decisión de Trump de retirar a EE.UU. de un acuerdo nuclear con Rusia que contribuyó al desmoronamiento de la URSS. Es una decisión de tan graves consecuencias, sobre todo para Europa, que muchos todavía ni la creen. «Puede que sea una estrategia para intentar que Rusia respete el tratado», según el presidente del Comité de Exteriores del Senado, Bob Corker, quien cree que cumplir la amenaza supondría «un error de graves consecuencias».
Sin embargo, después de que el Asesor de Seguridad Nacional norteamericano, John Bolton, trasladara ayer las intenciones de la Casa Blanca a sus homólogos rusos en Moscú, a los republicanos no les quedó más remedio que salir a criticar a su presidente, en una época poco dada a crisis de partido, pues quedan dos semanas para las elecciones legislativas. «Es un error muy, muy grave salir de ese modo temerario de un acuerdo que es histórico», dijo el republicano Rand Paul en una entrevista en Fox News.
Según opina el embajador norteamericano Richard Burt, que fue uno de los principales negociadores de desarme con la URSS, «el principal problema es cómo está gestionando este asunto la Administración Trump». «Y hay que reconocer que los rusos lo están gestionando muy bien, porque EE.UU. se retira de un tratado que a ellos nunca les convenció», añade.
Bajo los términos de ese acuerdo, en vigor desde hace 31 años, Rusia se deshizo de 1.846 misiles de crucero y EE.UU., de 846. El tratado sentó las bases para la desnuclearización de Europa. Que Trump se haya atrevido a salirse de él sin consultar a su partido es la prueba de las divisiones entre la mayoría conservadora en el Capitolio y una Casa Blanca que actúa muchas veces por impulsos, en este caso el de rearmarse para contener a China en el Pacífico, para lo que necesita misiles de alcance medio.
Sólo han salido en defensa de Trump sus más firmes aliados en el Capitolio, en especial el senador Lindsey Graham, quien ha calificado la retirada de «acertada». «Los rusos están haciendo trampas y los chinos están construyendo sus propios misiles», dijo Graham como razones para apoyar al presidente.
Diversos informes militares recientes aseguran que desde 2008 Rusia ha estado probando misiles de rango medio como medida disuasoria frente al giro europeísta de antiguos satélites soviéticos como Ucrania. También aplaudió la medida el senador Tom Cotton, quien dijo que «es hora de pasar página» porque China «no firmó ese acuerdo y no está limitada por él».
El giro es reflejo de la nueva realidad del Partido Republicano. El acuerdo lo negoció y firmó Ronald Reagan, quien antes había calificado a la URSS de «imperio del mal». Hoy, un fiscal especial investiga si el Kremlin ayudó a Trump a ganar la Presidencia en 2016 y este intenta por todos los medios proyectar una imagen de firmeza frente a Moscú mientras eleva la tensión con China, a través de una guerra comercial y un rearme en el Pacífico.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró ayer que «Rusia no está violando el tratado»