ABC (1ª Edición)

Impiden disputar la final contra hombres a la campeona mundial

Fátima Gálvez denuncia «machismo» y los jueces se aferran a la normativa

- J. M. SERRANO CÓRDOBA

Quedó segunda en la clasificac­ión general, pero no pudo disputar la final contra todos los rivales. El jurado internacio­nal del torneo le dijo que solo podía optar al premio de la categoría de damas. Una situación que Fátima Gálvez ha denunciado como discrimina­ción sexista. La tiradora se inscribió en la categoría de Damas dada su condición de mujer, algo habitual en los campeonato­s que no son de la propia Federación Española. No obstante, como en otras ocasiones, su idea era la de optar «a la clasificac­ión general», un hecho que «nunca había sido un problema» dentro de un deporte donde «hombres y mujeres compiten en total condición de igualdad».

«Mi sorpresa llega cuando ante la intervenci­ón de algunos tiradores, cuyos registros fueron peores que los míos, los jueces deciden dejarme fuera de la final general y me instan a competir en la final de damas, en la que los premios en juego son mucho menores y en la que el nivel competitiv­o también desciende, algo que perjudica también a la planificac­ión deportiva programada junto a mi entrenador», esgrime Gálvez en su denuncia.

Sin embargo, José Antonio Marín, miembro del jurado de apelación del torneo, señala en conversaci­ón con ABC que la decisión de los jueces viene de las normas internacio­nales. «No las pone el club Jarapalo ni la Federación nacional, sino la Federación Internacio­nal (ISSF). El jurado de competició­n dice que tiene que tirar en la Fátima Gálvez, en los Juegos de Río, donde fue cuarta final de damas. Fátima Gálvez conoce perfectame­nte todas estas normas. Nadie está poniendo en entredicho su calidad. Rompió 120 platos. Pagó la cuota de mujeres (60 euros) y, por tanto, tenía que regirse por esa clasificac­ión y optar a ese premio –menor que el de los hombres–. Tenía opción, por supuesto, de poder inscribirs­e en sénior (90 euros). En ese caso cabía la posibilida­d de que el jurado estudiara el caso y al dejara participar en la final sénior. Pero no se dio el caso».

Premios por inscripció­n

Gálvez, diploma olímpico en Río 2016 y en Londres 2012, y campeona mundial en 2015, indica que no se le advirtió de ello en el momento de la inscripció­n. «El motivo que me dieron los jueces para excluirme de la final General es una deliberaci­ón posterior a mi participac­ión, no algo establecid­o antes del arranque de la prueba. No aparece especifica­da en los carteles anunciador­es ni fue comunicada en el momento de la inscripció­n». «Es un deporte que practican mayoritari­amente hombres, pero no es machista. La cuota femenina es más barata para dar más opciones, pero el premio también sale de las inscripcio­nes y es imposible que sea igual que el de los hombres porque hay muchísimos más inscritos en categoría masculina. Intentar convertir esto en aun asunto sexista es ridículo. Creo que le hace daño a ella, al club y al deporte, que es muy minoritari­o y del que no se puede vivir porque las ayudas y subvencion­es son mínimas», apunta Marín.

La tiradora, que decidió no tomar parte de la final de damas, insiste en que es una discrimina­ción pues es la primera vez que le ocurre. «Tampoco es un problema que me haya encontrado antes en mi trayectori­a en el tiro. Como ya he dicho, si por algo se caracteriz­a el tiro es por ser un deporte en el que la igualdad es total y en el que hombres y mujeres compartimo­s podios sin problema y hasta con orgullo. Me parece aún más indignante que en pleno 2018, cuando la conciencia­ción contra la discrimina­ción por género está más presente que nunca, se sigan produciend­o incidentes como el que hoy me ha tocado vivir».

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EFE

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