Investigan si se pagó al chófer de Bárcenas con fondos reservados
El juez abre otra pieza tras hallar pruebas de pagos policiales para recuperar papeles del PP
El juez de la Audiencia Nacional Diego de Egea ha abierto una nueva pieza separada en la operación Tándem, que investiga al excomisario José Manuel Villarejo (en prisión desde hace un año) y a quienes trabajaban con él.
La pieza secreta indaga sobre supuestos pagos con fondos reservados ordenados por altos cargos policiales y de Interior al chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas. El objetivo era que este, hombre de confianza de Bárcenas, recuperara documentos sensibles que el extesorero se había llevado de la sede de los populares, según publicó «Okdiario».
La operación policial, bautizada como «Kitchen», cocina en inglés, habría estado diseñada por la Dirección Adjunta Operativa de la Policía (DAO), a cuyo frente estaba Eugenio Pino, y ordenada por el Ministerio del Interior, según esas indagaciones, para rastrear documentos y grabaciones que pudieran comprometer al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o a la cúpula del partido tras el ingreso en prisión de Bárcenas.
Para ejecutarla, el comisario Villarejo (adscrito a la DAO) y el comisario Enrique García Castaño, «el Gordo», también imputado, habrían «infiltrado» a Sergio Ríos Esgueva, escolta y chófer de la familia Bárcenas. Según fuentes consultadas por ABC, este hombre habría obtenido en 2014 documentos de los Bárcenas, que habrían sido fotocopiados y devueltos, pero jamás han sido puestos a disposición judicial.
En 2015 que tenía en su poder manuscritos e información contable que la familia Bárcenas había reconocido como propia. A cambio de obtener esos documentos y actuar como «topo policial» el chófer habría obtenido, por un lado, una compensación económica y, por otra, una más importante aún: su ingreso en la Policía. Ríos Esgueva aprobó la oposición con casi 40 años. Fue el último de su promoción y se le destinó a una comisaría próxima a la frontera con Francia donde pasó muy poco tiempo. Desde ahí se le envió a la Brigada Móvil de Madrid.
Villarejo tenía en su poder pruebas de la operación Kitchen. En el registro de sus viviendas y oficinas los días 3 y 6 de noviembre del año pasado se incautaron cantidades ingentes de documentación y grabaciones. Entre ellas, según «Okdiario» se hallaron facturas y recibí firmados por el antiguo conductor de Bárcenas, que acreditan pagos mensuales de 2.000 euros al mes financiados supuestamente por el Ministerio del Interior. Además, el comisario conservaba un resguardo del pago de las tasas de la oposición a policía de Ríos Esgueva, a quien llamaban por su nombre en clave para este trabajo ilegal: el Cocinero.
«El cocinero»
Los papeles que Bárcenas se llevó –y a los que aludía Villarejo en su cita con María Dolores de Cospedal en Génova, en los audios publicados por «Moncloa.com»– se los quedaron los policías, al menos las copias. El objetivo no era entregarlos a la Justicia, sino ocultarlos. Después de meses de trabajo, Asuntos Internos elaboró un informe sobre esta documentación y la Fiscalía Anticorrupción solicitó que se abriera una pieza separada y secreta.
La apertura de esta pieza que afectaría a los fondos reservados ha trascendido después de que el comisario García Castaño solicitara al Consejo de Ministros que se le permita declarar sin atenerse a la ley de Secretos Oficiales para declarar libremente sobre su participación en operaciones de terrorismo, narcotráfico o corrupción y sobre el «uso y destino de fondos reservados utilizados en operaciones policiales». Su defensa la ejerce el exjuez Baltasar Garzón.
De chófer a policía El chófer de Bárcenas se hizo policía con casi 40 años; Villarejo tenía un resguardo de las tasas