Susana Díaz se escabulle con evasivas de las preguntas sobre los ERE en el Senado
La presidenta andaluza en funciones se sirve de su cintura política para «salir viva» de la cita
La mejor defensa es un buen ataque. Una vez que ya se haya atacado suficiente, tirar de evasivas. Y cuando todo eso falle, será el momento de ofenderse por el fondo o la forma de las preguntas recibidas. Eso debió de pensar la presidenta de la Junta de Andalucía en funciones, Susana Díaz, al preparar la estrategia que siguió ayer en su cita como compareciente en la comisión del Senado que investiga la financiación de los partidos políticos. Reclamada al calor del escándalo de los ERE, Díaz llegó a Madrid –además de con una blusa blanca que no pareció una elección casual– con el objetivo de salvar el tipo, más todavía cuando la campaña electoral andaluza está en el horizonte.
El debate fue bronco y, como suele ocurrir en estos casos, no se pudo sacar mucho en claro. Hubo festival de reproches y un amplio abanico de ironías por ambas partes. Sirva de ejemplo para demostrar la retórica de nuestros políticos el siguiente intercambio de golpes: «Es usted un hombre de altísima talla, de categoría inigualable», definió Díaz a Luis Aznar , el portavoz del PP en la comisión quien, socarrón, respondió que sólo medía 1,64 metros. «De altísima talla intelectual, me refería», apuntilló Díaz, que a lo largo de más de cinco horas respondió poco pero reiteró su «respeto al Senado».
«Esto es un circo»
La líder del PSOE andaluz ahorró palabras al asegurar que la cita era «un circo» montado por el PP para debilitar su imagen antes de los comicios en Andalucía. «Esto es el primer acto de precampaña del PP, tienen el interés de contaminar las elecciones con esta comisión», manifestó la presidenta andaluza en funciones, quien sin embargo se mostró algo más parca en palabras cuando tuvo que responder a las cuestiones de Aznar. El senador leonés, por cierto, le ha tenido que recordar a Díaz que de interferir en elecciones, nada, ya que fue reclamada por la Cámara Alta el día 25 de septiembre y ella convocó elecciones dos semanas después, el 8 de octubre.
Conforme la comisión avanzaba, el tono se fue endureciendo: la ironía se convirtió en tensión y el tema central del orden del día se diluyó en un cruce de acusaciones. «Usted es responsable de la falta de colaboración de la Junta de Andalucía con la Justicia», cargó Aznar contra Díaz, quien rápidamente respondió sirviéndose de la manida táctica del «y tú más»: «Nosotros no rompemos a martillazos los discos duros, sino que los entregamos».
«No eran mis competencias»
«No ha habido ni una sola mancha en mi gobierno», repitió Díaz, quien aprovechó los compases iniciales de la comparecencia para enumerar las medidas por la transparencia que su Ejecutivo ha puesto en marcha a lo largo de estos años, antes de someterse al interrogatorio de Aznar. «¿Tuvo sospechas de que las ayudas –públicas que centran el caso ERE– no llegaban donde debían?», insistió el senador del PP, quien después de intentarlo varias veces se tuvo que conformar con la siguiente respuesta por parte de la regidora andaluza: «No eran mis competencias».
«Yo es que tengo que cumplir con el artículo 502 del Código Penal y estoy obligada a decir la verdad», subrayó Díaz para regatear al senador a quien, cuando le preguntó sobre el mecanismo del PSOE andaluz para comprar y alquilar las sedes del partido en los distinto municipios de la región, directamente emplazó a leer el diario de sesiones del parlamento andaluz que recogió una comisión de investigación sobre el caso. «Son 69 páginas y ahí están todas las respuestas», apuntaló Díaz.
En la comparecencia también hubo tiempo para que Díaz, cuando los populares cuestionaron que su marido y otras personas afines al PSOE andaluz consiguieran trabajo mientras un millón y medio de andaluces estaban en paro, salvara el envite defendiendo que su esposo cobraba entonces «entre 700 y 1.200 euros». «Si la criatura lo único que ha hecho es casarse conmigo, ¿le parece poco pecado?», le preguntó Díaz a Aznar con tono sarcástico, para acto seguido pasar al ataque: «A usted lo que le llama la atención es que el marido de la presidenta, hoy, que entonces no lo era, cobrara 1.000 euros cuando otros suelen estar en consejos de administración o almuerzan con Villarejo».
«Tomar el pelo»
Cansado de no obtener respuestas, Aznar cargó contra la estrategia de Díaz: «Admitiría que nos tomara el pelo y nos llamara tontos a nosotros, pero tengo la impresión de que está tomando el pelo a los andaluces». La líder socialista, ofendida, pidió al senador del PP que «no le volviera a faltar más». «Ni usted ni nadie puede situar mi responsabilidad fuera del periodo en el que presidí la Junta de Andalucía», recalcó la candidata del PSOE para volver a gobernar en la región.
«Esto es como estrellarse contra una pared», lamentó Aznar cuando se superaron las cinco horas de una comisión. «No tenemos prisa», aseguraron tanto el popular como la socialista pero, ante la imposibilidad de conseguir nueva información, la presidenta cerró la jornada. Díaz salió sin apenas rasguños, de Chaves y Griñán poco se hablo y, antes de abandonar la sala, uno de los dirigentes socialistas andaluces que acompañaron a Díaz en el Senado, se volvió hacia los senadores populares para lanzarles una última advertencia: «Ya nos encontrarán».
Comisión muy bronca Tanto Susana Díaz como el portavoz del PP, Luis Aznar, subieron el tono y se lanzaron duras críticas conforme avanzó una tensa comisión de investigación Desesperación en el PP Los senadores populares acabaron hartos de los «regates» de la candidata socialista para los comicios de Andalucía: «Es como estrellarse con una pared»