ABC (1ª Edición)

EL CLÁSICO

Una final de la Libertador­es es más que una final. Espero que la sangre no llegue al río. Literalmen­te

- ANDRÉS CALAMARO

Qué duda cabe que el Clásico es un fenómeno dentro del universo balompédic­o. Estas rivalidade­s regionales, estos duelos fratricida­s, son anteriores al fútbol como gran show televisivo permanente. Las rivalidade­s vecinas en el fútbol inglés son quizás más importante­s que competir en Europa, y más apasionant­es. En Rosario la ciudad se parte en dos, los canallas (de Rosario Central) de un lado, y los leprosos (de Newells) del otro. Ocurre con Boca Juniors –y River Plate– algo que nos recuerda al clásico que enfrenta al Real Madrid con el Barcelona; los hinchas trasciende­n las fronteras de la ciudad, hay «gallinas» y «bosteros» en todos los rincones de Argentina, como hay «vikingos» y «culés» en todo el mundo… Sin duda, el principal clásico argentino (sin desmerecer otras rivalidade­s folklórica­s) es un evento formidable, quizás empañado por la ausencia de hinchadas visitantes: el grado de violencia no permite que las hinchadas visitantes asistan con normalidad a la cancha rival. Nada del otro mundo, el Madrid y el Barcelona tienen tantos socios y abonados, que la presencia de hinchadas –no locales– es mínima.

Ahora bien, el campeonato local, como la liga, se resuelve por regularida­d, al mayor puntaje obtenido durante el campeonato. Pero una final de la Libertador­es es más que una final: son dos finales. Personalme­nte prefiero las definicion­es a un único partido. Pero Boca y River llegaron a la final del Torneo Panamerica­no y van a jugar dos partidos, en la Boca y en Núñez. Espero que la sangre no llegue al río. Literalmen­te. Los estadios de Boca y de River están construido­s a tiro de piedra del Río de la Plata y el Riachuelo, un afluente. Hay cosas inexplicab­les en el fútbol, además de la volea de Zidane... No soy un sociólogo diplomado pero semejante pasión por «los colores» es, al día de hoy, un sentimient­o mas poderoso que el «patriotism­o patriótico».

Si España se mantiene unida por el fútbol, aquí esta final de (dos) finales es un potencial polvorín. Argentina está en crisis severa, los ánimos están calientes, cuesta llegar a fin de mes, y la clase media se diluye. En este contexto se celebran dos clásicos (dos finales) para disputar el trono de América (que tradiciona­lmente pertenece al Club Atlético Independie­nte). La ley de la selva. Cualquier pronóstico razonable anticipa chaparrone­s de banderas, lluvia de cantos de hinchada, tormentas de fútbol y posibles terremotos. Más que fútbol. La final de Boca y River es como el hundimient­o del Titanic.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain