Una tragedia cantada y bailada
Desde que se estrenara en Buenos Aires, en marzo de 1945, la que Federico García Lorca denominó «Drama de mujeres en los pueblos de España», «La casa de Bernarda Alba» ha servido de inspiración para un sinfín de creadores, y la obra se ha convertido en película, ópera, ballet o musical –al margen de las versiones teatrales de todo tipo, como la que hace unos años ambientó en el Irán contemporáneo Emily Mann o la que protagonizaron en España gitanas de El Vacíe–.
En el campo operístico, Miquel Ortega tiene un precedente en la versión, en alemán, que firmó en 2000 el compositor germano Aribert Reimann. La estadounidense Karen Griebling estrenó otra versión en 1986 y Darius Milhaud compuso en 1947 múisca incidental para una puesta en escena de la obra.
En 2006 se estrenó en el Lincoln Center de Nueva York un musical, «Bernarda Alba», compuesto por John LaChiusa, y que tuvo a Phylicia Rashad y Daphne Rubin-Vega como protagonistas.
«La casa de Bernarda Alba», como buena parte de la producción de García Lorca, se ha convertido en danza en varias ocasiones. El desaparecido Rafael Aguilar coreografió «Rango» para el Ballet Nacional de España, que dirigía Antonio Gades, en 1979. El sueco creó en 1978 «Bernarda», una extraordinaria versión coreográfica de la obra. Antonio Canales bailó su versión, dirigida por Lluís Pasqual, y se basaron en la obra también coreógrafos como Ramón Oller e Iván Tenorio.