TODO EN PODEMOS ES MENTIRA
TODO en Podemos, que hoy ha convocado una manifestación ante la sede del Supremo para recuperar el apoyo de la calle de la que surgió, es una gran impostura. La radicalización de Pedro Sánchez parece estar achicando el espacio electoral del partido de Pablo Iglesias, y ambos compiten para demostrar cuál es el mejor exponente del neopopulismo que contamina nuestra política. Las contradicciones en Podemos son grotescas, y ya ni siquiera Iglesias y sus dirigentes hacen el más mínimo esfuerzo por camuflar sus múltiples carencias intelectuales. Mienten directamente y sin rubor.
Lo hace su número dos, Pablo Echenique, alabando las «políticas sociales» que él vulneraba cuando, por ejemplo, ni siquiera dio de alta en la Seguridad Social a su asistente. Miente Echenique cuando aboga por la supresión de un impuesto vinculado al régimen hipotecario, como el de actos jurídicos documentados, que él mismo apoyó incrementar a los aragoneses en un 50 por ciento. Miente Íñigo Errejón, candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid, cuando dice sin avergonzarse que en Venezuela sus ciudadanos comen tres veces al día. Miente Ramón Espinar cuando apela a un régimen hipotecario no controlado por la derecha usurera, cuando a la vez traficaba con una vivienda de protección oficial. Y miente Iglesias constantemente cuando con sus actos, con su modo de vida personal, y con su ejecutoria política, contradice sistemáticamente lo que dice pensar. Iglesias ya no es un revolucionario contra el sistema, sino una aburguesada pieza más de ese sistema que contempla cómo Sánchez le empieza a ganar en extremismo. La manifestación de hoy –ante y contra el Supremo– es un intento de legitimar su purismo radical a unas bases que aún toleran sus incoherencias.