El Gobierno cuestiona a Marchena para presidir el Tribunal Supremo
El Gobierno no ve con buenos ojos al presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo y ponente de la sentencia del «procés», Manuel Marchena, en la cúpula del Alto Tribunal. Se trata de uno de los candidatos en los que el PP ha pensado en el marco de la renovación del órgano de gobierno de los jueces para dirigir la más alta instancia jurisdiccional de España.
Magistrado de la Sala Penal del Supremo desde 2007 –se estrenó con los procesos de ilegalización de ANV y PCTV– fue nombrado en 2014 presidente de esta Sala, donde se mantiene en la actualidad. Su solvencia jurídica es de sobra conocida y, aunque el Gobierno arguye que quiere para ese puesto a una mujer, a nadie se le escapa que su condición de presidente de la Sala del 1-O –la que ha confimado el procesamiento de los líderes del «procés»– es una china en el zapato para el Ejecutivo en un momento de guiños al independentismo. Hace sólo unos días el presidente del Gobierno cuestionaba el delito de rebelión que indiciariamente sí ha apreciado la Sala Penal del Supremo.
Entre los nombres que el Ejecutivo maneja para la presidencia del TS, y de los que ayer informó ABC, están los de la vicepresidenta del TC Encarnación Roca y las magistradas del Supreo Lourdes Arastey, Pilar Teso y Ana Ferrer, si bien las dos últimas parece que tienen menos posibilidades.
El sustituto de Carlos Lesmes tendrá que gobernar 17 tribunales superiores de justicia, 51 audiencias provinciales, cinco presidencias de Sala del TS y a los 20 vocales del CGPJ.