ABC (1ª Edición)

Pierde el control del coche, sube a la acera y hiere a una menor

- JESÚS HIERRO BARCELONA

Sucedió pasadas las ocho de la mañana, hora en que la zona comienza a ser un hervidero de coches, motos y peatones camino de sus puestos de trabajo. Un conductor perdió el control de su Mercedes, se subió por la acera y arrolló a su paso a dos viandantes, motociclet­as aparcadas, mobiliario urbano y terrazas de establecim­ientos hosteleros. Fue a la altura del número 64 de Travessera de Gràcia de Barcelona, en su cruce con la calle Santaló. Es una zona de la ciudad donde abundan las oficinas, con gran trasiego en días laborales y prácticame­nte un desierto los fines de semana durante en diario diurno. Por las noches los jóvenes llenan sus discotecas que prodigan en esta parte de la ciudad.

Pero ayer era viernes y a las ocho de la mañana había gente. El episodio evocó entre los testigos presentes el fantasma de un ataque yihadista, pero la motivación terrorista se descartó rápidament­e. El conductor, de 58 años, había sufrido una «indisposic­ión momentánea», según explicaron fuentes sanitarias. Un problema «puntual» y «espontáneo» en el peor momento que le hizo que el coche que conducía se subiera por la acera y acabase empotrado contra una sucursal bancaria.

Arrolló a su paso a dos peatones con heridas de diversa considerac­ión. La más grave, una niña de diez años. Sufrió un traumatism­os craneoence­fálico, abdominal y pélvico. Lo explicó ayer en una atención a los medios en el lugar del accidente el subjefe territoria­l del Sistema de Emergencia­s Médicas (SEM), Jesús Cabañas. Al cierre de esta edición, la menor permanecía en estado «muy grave» ingresada en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

El resto de afectados son una señora de 61 que caminaba por la acera y que sufrió policontus­iones; una mujer, de 52 años, que viajaba de copiloto en el vehículo accidentad­o, además del propio conductor. Todos ellos sufrieron conmocione­s, aunque ninguno de los casos reviste gravedad. El conductor y la viandante fueron ingresados en la clínica Plató de Barcelona, mientras que la mujer que iba en el coche, herida de poca gravedad, fue traslada al Hospital Clínic.

Una testigo del accidente explicó que tras el choque el hombre estaba «muy blanco» y conmociona­do. Pero en el reconocimi­ento médico posterior los equipos sanitarios lo encontraro­n bien de salud y descartaro­n que hubiese sufrido un infarto. Fue simplement­e una inoportuna indisposic­ión al volante lo que le hizo perder el control del Mercedes. También dio negativo en las pruebas que los agentes le practicaro­n de alcohol y drogas.

Además de los heridos, el coche sin control embistió a diez motociclet­as que estaban aparcadas en la calle y que con el impacto quedaron dispersas por la Travessera de Gràcia, obligando a la Guardia Urbana a cerrar la vía para facilitar las tareas de emergencia y desviar el tráfico por la calle Santaló.

Fantasma yihadista El episodio evocó entre los testigos presentes el fantasma de un ataque yihadista

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