HEREDERAS
JÓVENES Y BELLAS Sol Matossian, María Castiella, Isabella Rato... herederas discretas
Naturalmente, hay en España un ramo dorado de herederas, una copa de mujeres jóvenes y hermosas que tienen en el árbol de familia un árbol de linaje o riqueza. O ambas cosas. Marta y Sandra son hermanas de padre, Amancio Ortega, y resuelven un retrato muy distinto de la heredera.
Marta tiene treinta y pocos años, estudió en un colegio católico concertado, y completó la formación en un internado suizo. Sandra tiene cuarenta y muchos años, y se educó en un instituto público, licenciándose en Psicología. Apenas viene trascendiendo nada de su «vivir preferiblemente oculto», que decía el clásico que era el mejor vivir. Su marido trabaja en la sede central de Inditex, y sus hijos se forjan en un colegio público. El fallecimiento de su madre, Rosalía Mera, aquella millonaria diferente, la forzó a salir del anonimato, en el 2013, porque a esos momentos amargos se debe la primera foto de esta heredera, que milita desde siempre en la discreción sin fisuras. Mucho hay del carácter altruista, campechano y solidario de la madre en la propia Sandra, que trabaja en Paideia, la organización sin ánimo de lucro fundada por Rosalía. Marta, sin embargo, ha ocupado a rachas el escaparate, aunque a su pesar.
Luego están Sol Matossian y Márquez,o Isabella Ruiz de Rato, o María Castiella. Sol es nieta de Tessa de Baviera, hija del Infante Eugenio, y una belleza apabullante. Sol tiene 24 años, salió psicóloga, y se ha desempeñado en fundaciones como Nuevo Futuro, Carmen Pardo-Valcarce o Argardini. Isabella es de la misma generación jovencísima de Sol. Hija del torero Antonio Ruiz Espartaco y Patricia Rato, sobrina de Rodrigo Rato, ha cumplido una seria formación brillante en los estudios de Derecho y vive en Shangai. De momento. María Castiella es una deslumbradora aristócrata en la zona efervescente de Ciudadanos, porque trabaja de jefa de Gabinete. Tiene 34 años, es hija del aristócrata Fernando Castiella y Quijano y Mariola Gutiérrez de Calderón, una figura en asuntos de ceremonia, o protocolo. Su abuelo fue ministro de Exteriores, y ella ha trabajado en el despacho Garrigues, en Bruselas, y en el Parlamento Europeo. Más allá de las citadas, o más acá, nos
salen los nombres de Ana Cristina Portillo Domecq o Tamara Falcó Preysler. Tamara es Tamara. Diseña moda, sale a veces en la tele, se retira por un rato a un convento de clausura. Ana Cristina Portillo entronca con una larga estirpe jerezana. Tiene lámina de modelo, pero hace carrera de joven enteradísima en los ámbitos de la banca privada.
Los avatares biográficos de Marta Ortega siempre han sido un gozo para la prensa, casi desde su propia adolescencia. Se divorció. Ha celebrado algún cumpleaños con doscientos invitados y catering del hermano de Ferrán Adriá. Se bailó en la ocasión al ritmo de Mark Johnson, productor de Paul McCartney o Amy Winehouse. Marta está a veces en el escaparate, aunque en rigor nunca está.