La propaganda china ficha a dos presentadores virtuales
Debutan en la agencia estatal Xinhua los primeros periodistas con inteligencia artificial
Con permiso de «Max Headroom», el irreverente y repeinado presentador virtual de aquella serie de culto ciberpunk de los 80, ayer debutó el primer periodista creado con inteligencia artificial de la historia. Lo hizo en China, en un congreso sobre internet, con todas las ironías que eso conlleva en un país donde la información no es más que propaganda al servicio de su régimen autoritario y el ciberespacio está acotado por la censura.
A pesar de estas «características chinas», la agencia estatal de noticias Xinhua quiso sorprender a los asistentes a la V Conferencia Mundial de Internet, que se celebra en la ciudad de Wuzhen. En mandarín e inglés, dos presentadores virtuales basados, respectivamente, en los periodistas reales Qiu Hao y Zhang Zhao, se dirigieron en vídeo a la audiencia prometiendo trabajar «incansablemente» 24 horas al día y 365 días al año para informarles de las últimas noticias.
«El desarrollo de la industria mediática requiere innovación continua y una profunda integración con las tecnologías más avanzadas», narró el presentador en inglés con una voz algo metálica, tono monocorde y gestos mecánicos. En realidad, algo no muy diferente a lo que ya se ve en algunas cadenas, pero más por la robotización de los bustos parlantes que por la incorporación de los últimos adelantos.
A tenor de Xinhua, que ha desarrollado estos presentadores virtuales en colaboración con el buscador Sogou, la inteligencia artificial les permite Al robot no le faltan ni las gafas, a imagen de su modelo humano. Abajo, Matt Frewer en el papel de Max Headroom, precursor del invento «aprender por sí solos de los vídeos de difusión en directo» y «leer textos naturalmente» como un periodista real. Además de ahorrar costes, claro.
«Espero con ilusión traerle nuevas experiencias», confió el presentador, que aseguró poder contar sin descanso las noticias que le sean suministradas. Para ello, Xinhua se vanagloria de que se ha convertido en un miembro más de su grupo de reporteros y puede trabajar 24 horas al día.
No desentonará mucho en la acartonada televisión china, donde los informativos repiten día tras día una misma rutina de noticias basada en tres pilares ineludibles: las visitas de los gerifaltes del régimen, los éxitos de China y los problemas que tienen otros países, especialmente los democráticos. El debut de este presentador virtual ha sido acogido con una mezcla de miedo y recelo entre los internautas chinos, que temen un nuevo elemento de control y propaganda.
Gracias a su extraordinario progreso económico de las cuatro últimas décadas, China avanza hacia la distopía que plasman series como «Black mirror», con cámaras de reconocimiento facial por doquier, sistemas de puntuación para distinguir a los buenos ciudadanos de los malos y presentadores virtuales. Acoplando la forma al fondo, en realidad son lo más apropiado para contar a la audiencia noticias también virtuales que pasan por el filtro de la censura y la propaganda. Eso sí, les falta la chispa de Max Headroom.