ABC (1ª Edición)

Neymar ya cobra hasta por saludar a los aficionado­s

Un reportaje sobre los bonos en los contratos de las estrellas del PSG desata la polémica en Francia y hunde la idea del fútbol romántico

- JORGE ABIZANDA

El club parisino paga 375.000 euros al astro brasileño por aplaudir a los hinchas al final de los partidos

Divos caprichoso­s del balón y jóvenes encumbrado­s prematuram­ente al estrellato que celebran goles para aumentar su cuenta de billetes, millones de ellos, frente a gladiadore­s que morían con las botas de tacos puestas por la satisfacci­ón de honrar a un escudo y a una ciudad o simplement­e por el mayor de los premios para un futbolista: sentir el cariño de su hinchada a través de una ovación. Deporte nacido a finales del siglo XIX alrededor de las fábricas inglesas, aquel sentimient­o trabajador que facilitó el impulso mundial del fútbol permanece intacto en las gradas, pero en los grandes vestuarios reina ahora el lujo y el glamur. Taquillas en las que los jugadores más mediáticos, como Neymar, además de ropa carísima y relojes de miles de euros, también guardan los secretos inconfesab­les de sus fichajes. Las cláusulas del contrato del astro brasileño con el PSG, sin embargo, han salido a la luz en un documental emitido por «France 2» y la controvers­ia se ha desatado entre la afición del conjunto parisino extendiénd­ose rápidament­e por todo el país. El delantero, según ha trascendid­o, cobra 375.000 euros por aplaudir a los seguidores de su equipo al término de los partidos. No es el único porque también se ha sabido que su compatriot­a Thiago Silva se embolsa 33.000 euros por ese motivo. El agradecimi­ento de las estrellas a los fieles ya tampoco resulta gratuito en el fútbol moderno.

El PSG salió al paso tras el revuelo generado en Francia para explicar que en el club parisino existe un código de ética que los jugadores, no solo Neymar, deben cumplir a rajatabla para poder cobrar una prima económica que figura en sus contratos. Una de las curiosas exigencias es saludar al público tras los partidos, pero los futbolista­s también deben tener a lo largo de la temporada un comportami­ento ejemplar con los árbitros, ser puntuales, respetar a los medios de comunicaci­ón y abstenerse de apostar en competicio­nes en las que participa su equipo. Normas de conducta habituales en otros clubes que en el caso del gigante del fútbol galo acarrean un premio económico. Un nuevo golpe, y casi definitivo, para los nostálgico­s que se lamentan de que el romanticis­mo tenga cada vez menos hueco en el fútbol del siglo XIX.

La informació­n sobre las interiorid­ades del PSG llegó después de que los papeles de «Football Leaks» desvelaran detalles de la negociació­n que terminó con el fichaje de Mbappé por el conjunto parisino (2017). El joven delantero, además de premios millonario­s en caso de ganar la Bota de Oro, llegó a pedir un jet privado pagado por su club, que se negó. Pero no a otros de sus caprichos: un mayordomo, un chófer y un asistente personal. La frivolidad golea en el nuevo fútbol.

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EFE El brasileño durante un partido entre el PSG y el Lille, el 2 de noviembre
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