Gobierno vasco y PP recuerdan a las víctimas por separado
El lehendakari, Iñigo Urkullu, hizo ayer una lectura crítica de la actitud que tuvo la sociedad vasca hacia las víctimas del terrorismo con motivo del Día de la Memoria que, un año más, se conmemoró sin unidad en el País Vasco. El PP se desmarcó de los principales actos institucionales al incluir estos a las «víctimas de violencia de motivación política y de abusos policiales», algo que los populares no comparten. De esta forma organizaron el suyo propio en Irún (Guipúzcoa), donde reivindicaron el «profundo significado político» de la memoria de los asesinados por ETA.
El acto del Ejecutivo vasco, al que acudió el delegado del Gobierno en el País Vasco, Jesús Loza, se celebró en el Palacio Miramar de San Sebastián. En él, Urkullu destacó que «todas las víctimas merecen un reconocimiento y una reparación» y defendió «tres criterios» para unir a la sociedad y reconocer a los damnificados: «no diluir, no legitimar y no excluir».
Por su parte, en el acto del PP intervino el presidente de este partido en el País Vasco, Alfonso Alonso, quien abogó por que las víctimas de ETA tengan su «espacio específico» y rechazó la memoria que pretende «blanquear» la acción de los asesinos con el objetivo de «recuperar el proyecto político por el que empuñaron las armas». «No hay mayor injusticia que falsear la memoria de las víctimas del terrorismo», dijo Alonso, quien advirtió de que no se trata de «una injusticia que se hace sobre las personas que han sido víctimas, sino sobre el conjunto de la sociedad».