El presidente francés se queda solo en su gran proyecto continental
Las ambiciones y proyectos europeos de Emmanuel Macron contrastan con su soledad y relativo aislamiento ante las próximas elecciones al Parlamento Europeo (PE).
El último proyecto macroniano, la creación de un ejército europeo, es una «guinda» que ha presidido todos los fallidos intentos de construcción de una defensa europea, pilar continental de la OTAN.
Francia rechazó de manera frontal el primer proyecto de Comunidad Europea de Defensa (CED) en 1954, que habían adoptado en vano, dos años antes, seis de los países fundadores de la antigua CEE.
Décadas más tarde, los dos grandes partidos que dominan el Parlamento Europeo (PE), el Partido Popular Europeo (PPE) y el Partido de los Socialistas Europeos (PSE), son rivales del partido de Macron, en Francia, y de los eventuales aliados del presidente francés en el resto de Europa. Es difícil imaginar un proyecto político común entre los aliados europeos de Pedro Sánchez (PSOE) y Albert Rivera (Ciudadanos), probable aliado europeo de Macron.
Angela Merkel tiene buenas relaciones personales con el presidente francés. Pero los miembros del PPE tienen prioridades políticas conservadoras propias, que no siempre encajan con los proyectos macronianos.
Ante las próximas elecciones europeas, Macron desea que su partido, La República En Marcha (LREM), forme parte de un «frente progresista» contra un frente «ultranacionalista e iliberal». Sin embargo, los socialistas y socialdemócratas europeos no aceptarán fácilmente que Macron sea un «modelo progresista». Y los conservadores del PPE no podrán aceptar como «iliberales» a algunos de sus miembros, húngaros o polacos.