ABC (1ª Edición)

Sánchez ningunea el diálogo con Casado hasta para reformar la Constituci­ón

El líder socialista delega en sus ministros los contactos con el PP

- MARIANO CALLEJA MADRID

Pedro Sánchez «rompió» relaciones con Pablo Casado el pasado 24 de octubre, cuando el líder del PP le acusó en el Congreso de ser partícipe y responsabl­e de un golpe de Estado en Cataluña. En realidad, las relaciones eran ya inexistent­es desde que el líder socialista se reunió con el presidente del PP en La Moncloa el pasado 2 de agosto. Y a día de hoy lo siguen siendo, a pesar de los asuntos de Estado que ocupan la agenda pública, como es la renovación del Consejo General de Poder Judicial o incluso la reforma de la Constituci­ón para suprimir los aforamient­os.

Sánchez ha delegado en sus ministros el diálogo con el Partido Popular, sobre todo para abordar iniciativa­s parlamenta­rias. En el caso de la renovación del CGPJ, el presidente del Gobierno encargó a su ministra de Justicia, Dolores Delgado, que llevara las riendas de las negociacio­nes con el PP, en concreto con su secretario de Justicia y exministro, Rafael Catalá.

Fuentes próximas a Casado confirmaro­n ayer que Sánchez sigue sin hablar con el líder de la oposición. El jefe del Ejecutivo ha dinamitado el bloque constituci­onalista que plantó cara a los independen­tistas catalanes, cuando Rajoy era presidente del Gobierno, y prefiere estrechar relaciones con sus aliados, que no son otros que los propios separatist­as, además de Podemos, el PNV e incluso Bildu.

En Génova explican que Sánchez ni siquiera se ha puesto en contacto con el líder del que sigue siendo el primer partido de España para acometer la reforma de la Constituci­ón. El sábado pasado, Sánchez anunció que llevará al Consejo de Ministros la propuesta de reforma para eliminar los aforamient­os antes de fin de mes. Y el PP se enteró de sus intencione­s por los medios de comunicaci­ón. «Nos vamos enterando por la prensa», aseguraron ayer en el entorno más próximo de Casado.

Ni un documento

La reforma constituci­onal que propondrá el PSOE necesitará el apoyo del PP para salir adelante. Sin un consenso previo estará condenada al fracaso, por mucho que la reducción de aforamient­os forme parte del programa del PP. Pero la realidad es que los populares no han recibido una explicació­n, pero tampoco ni un solo documento, o borrador, de la modificaci­ón que planea el jefe del Ejecutivo.

Sánchez no se ha puesto en contacto con Casado para «tocar» la Carta Magna ni para ir unidos en la respuesta ante el desafío independen­tista, que sigue plenamente activo. Pero sí pidió, de manera genérica, al PP, y también a Ciudadanos, que negociaran los Presupuest­os, aunque en realidad fue un «trágala» pues ya los tenía pactados con Podemos, del que había asumido parte de su programa económico.

Relaciones «rotas» Sánchez rompió relaciones, pero pidió al PP que negociara los Presupuest­os que pactó con Podemos

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EFE Pablo Casado, en Sevilla

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