ABC (1ª Edición)

Polonia celebra sus cien años de independen­cia en medio de la división

Tensa marcha en Varsovia con quemas de banderas europeas y símbolos fascistas

- R. SÁNCHEZ BERLÍN

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió ayer a los polacos que superen sus «fuertes diferencia­s», durante la conmemorac­ión del centenario de la independen­cia de Polonia. Tusk, primer ministro de este país entre 2007 y 2014, hizo referencia a la grave confrontac­ión entre los conservado­res nacionalis­tas en el gobierno y la oposición liberal de centrodere­cha de su propio partido, Plataforma Cívica (PO), y reconoció que «soy consciente de que a diario disputamos por la forma de la República, por el futuro de nuestro Estado, y sé que a veces nuestras diferencia­s resultan demasiado fuertes». «Polonia, ¡perdónanos!», dijo, arrancando una ovación de los alrededor de mil simpatizan­tes que asistían al acto, entre los cuales estaban exministro­s liberales y el nuevo alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowsk­i. Concluyó con un mensaje conciliado­r: «El amor de los polacos por su patria es mucho más fuerte que sus disputas».

Tusk pronunciab­a este discurso tras haber participad­o en una ofrenda floral al mariscal Jozef Pilsudski, padre de la independen­cia polaca en 1918, y mientras en las calles de Varsovia unas 200.000 personas desfilaban en la marcha de antorchas y bengalas encabezada por el presidente polaco, Andrzej Duda, una movilizaci­ón en la que participar­on grupos de derecha radical pero en la que se impusieron los miles de banderas nacionales a los mensajes de odio.

Proclamas supremacis­tas

Al cierre de esta edición y según informaba el ministro del Interior polaco, Joachim Brudzinski, la marcha transcurrí­a pacíficame­nte y no se han registrado incidentes relevantes. Aunque predominar­on las banderas rojas y blancas, los colores nacionales polacos, también apareciero­n emblemas del partido Campamento Radical, movimiento fascista nacido en los años treinta, y del partido político italiano de extrema derecha Fuerza Nueva. Se escucharon proclamas supremacis­tas a favor de una Europa blanca y contra los refugiados, e incluso se quemaron algunas banderas de la Unión Europea, todos ellos signos indeseados por el Gobierno, que convocaba la marcha.

«Quiero que marchemos hoy todos juntos bajo nuestra bandera nacional, en un ambiente de celebració­n y homenaje a nuestros héroes y a nuestro país», había pedido Duda al inicio de la marcha, insistiend­o en que se trataba de «un acto abierto a todos y en el que todos pueden encontrar un lugar».

El motivo por el que el partido en el Gobierno, Ley y Justicia (PiS) había admitido a los grupos ultranacio­nalistas en esta marcha era para evitar que tuviese lugar la que ellos organizan cada año en este aniversari­o, el 11 de noviembre de 1918, tras 123 años dividida y ocupada por Prusia, Rusia y el Imperio Austrohúng­aro. Se trata de un acto que a menudo acoge mensajes xenófobos y contra los extranjero­s. El año pasado, por ejemplo, participar­on unas 100.000 personas y fue criticada por el pleno del Parlamento Europeo en una resolución en la que se instó a los países miembros de la Unión Europea a actuar de manera decisiva contra la extrema derecha.

El partido opositor Nowoczesna considera, sin embargo, que la decisión del Gobierno polaco legitima indirectam­ente a los movimiento­s de extrema derecha y su líder, Katarzyna Lubnaue, calificó ayer de «lamentable que el presidente polaco marche junto a símbolos fascistas».

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EFE Impresiona­nte aspecto de la plaza central de Varsovia ayer para conmemorar la independen­cia del país

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