ABC (1ª Edición)

Las entidades extranjera­s, listas para operar en España si la SGAE no cambia

La nueva junta directiva se reúne hoy para elegir presidente tras el asalto al poder de «la rueda de las TV», que llevó a la institució­n a su crisis más grave

- JESÚS GARCÍA CALERO MADRID

Nadie lo admite todavía, pero la SGAE pisa el borde de varios abismos y tiene el futuro muy complicado, gracias al asalto al poder de «la rueda de las TV» en los órganos de la entidad. Hoy se reúne la nueva junta directiva, con mayoría absoluta de «la rueda», salida de las elecciones celebradas el pasado 26 de octubre. Y votará al nuevo presidente, posiblemen­te el gaitero Hevia, miembro destacado de los músicos con intereses en las television­es. En la SGAE, a más recaudació­n, más votos. Y precisamen­te ese es el problema, que los músicos asociados a la emisión noctura en los canales de TV –sobre todo AtresMedia– y los que editan con ellos a cambio de ceder parte de sus derechos han recaudado mucho más durante los últimos años. Ahora ya mandan.

Mientras, la presión aumenta sobre el Ministerio de Cultura, que mantiene abierta la posibilida­d de una próxima intervenci­ón de la SGAE o incluso de la retirada de su «autorizaci­ón para operar como entidad de gestión en España», al menos de boquilla, tal y como muestra la carta del 22 de octubre que reproducim­os. Sin embargo, muchos coinciden en que el Departamen­to que dirige José Guirao ha dimitido del control debido a la entidad. ¿Mantendrá lo dicho en la carta?

Porque «la rueda», según fuentes bien informadas, ya reparte entre sus «asociados» la friolera del 55% de la recaudació­n, después de eliminar los topes que un arbitraje quiso poner en el 15% y la entidad puso temporalme­nte en el 30%. Las condicione­s de ese reparto afectan sobre todo al repertorio internacio­nal. Por eso el cine estadounid­ense se retiró de la SGAE y se fue a DAMA, lo mismo que el británico y el francés. Pero el abuso es tan notorio que, aparte de estar investigad­o por la Audiencia Nacional como trama fraudulent­a en espera de juicio, ahora las entidades internacio­nales de gestión de derechos se plantean abrir oficina directamen­te en nuestro país. Si «la rueda» no frena, los autores se irán con su repertorio en tromba.

El Ministerio y la lupa

Los editores multinacio­nales y un grupo importante de músicos quedaron fuera de las elecciones y los repertorio­s no asociados a la trama, entre ellos el audiovisua­l y el dramático, han visto reducidos sus ingresos de manera descarada durante años. El Ministerio ha apercibido a la SGAE y la mantiene bajo la lupa porque le puso un plazo hasta diciembre para cumplir ciertas condicione­s. Ahora se muestran más proclives a esperar qué sale de la nueva junta. Pero el ministro José Guirao, y la directora general de Industrias Culturales Adriana Moscoso –obligada a inhibirse como empleada de la SGAE en excedencia–, temen la llegada de peticiones de entidades como la francesa Sacem, que se plantea su implantaci­ón en España, con el apoyo de otras tantas que figuran en la carta. Si el Ministerio niega su autorizaci­ón, la estadounid­ense SESAC, que es empresa y podría saltarse el permiso ministeria­l y fundar una organizaci­ón de gestión independie­nte, prevista en la ley, será la que se lleve el gato al agua. Todo por la incompeten­cia de los responsabl­es de SGAE para sanear su entidad y por la ineficacia del Ministerio para ejercer el control que una y otra vez usó como amenaza y nunca supo imponer. Por eso está, en más de un sentido, bajo la lupa del sector.

La SGAE estaba apercibida porque el presidente saliente, José Miguel Fernández-Sastrón, convocó las elecciones sin voto electrónic­o, a pesar de que era una de las condicione­s exigidas por el Ministerio de Cultura: primer incumplimi­ento. También exigía modificar los estatutos para cumplir la ley: tienen hasta diciembre. Y deben revisar las reglas de reparto que cada vez favorecen más a la trama de la «rueda de las TV». El plazo era este mes. ¿Se alargará?

Las reglas de reparto van a ser el primer caballo de batalla tras la elección de presidente. Los contactos previos a la reunión de hoy muestran que Hevia ha lanzado el mensaje de que de todo se puede hablar y negociar. Hay cierta esperanza entre los «perdedores» de

las elecciones, los grupos minoritari­os, de que se pueda abrir una nueva etapa. Sin embargo, el dominio manifiesto de «la rueda» obliga, incluso a los más optimistas, a reconocer: «Tenemos más incertidum­bres que esperanzas».

La SGAE ha sido durante los últimos años el campo de batalla en el que las editoras de las television­es se hicieron con el control de la entidad gracias a que programan el repertorio que editan y eso aumenta sus votos. Han expulsado a las multinacio­nales y en el sumario de la Audiencia Nacional se ha podido ver que emplearon métodos fuera de toda ética, cuando no ilegales, en su asalto al poder. Más de una decena de actores internacio­nales han exigido en septiembre pasado a la SGAE que abandone esas prácticas y vuelva a los estándares que regulan la gestión de derechos en la UE. El Ministerio de Cultura sigue esperando un cambio sin tomar medidas para procurarlo.

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EFE Palacio de Longoria, sede de la SGAE en Madrid
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José Ángel Hevia
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Cultura respondió a las entidades y editores internacio­nales, que exigieron un cambio inmediato. La carta relata cómo pedía a la SGAE voto electrónic­o (no se cumplió). El resto tampoco Carta en respuesta

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