MUERE STAN LEE, EL CREADOR DEL UNIVERSO MARVEL
El escritor y guionista, que dio vida a míticos personajes como Spiderman, Hulk, Iron Man, Pantera Negra, Thor, o La Patrulla-X, falleció ayer a los 95 años en Los Ángeles
«Siempre pensé que algún día escribiría la gran novela americana. Pero nunca tuve tiempo, y de hecho perdí el interés, porque me di cuenta de que llegaba a más gente con mis historias de superhéroes». Quizá con la intención de escribir esa gran novela americana, Stanley Martin Lieber firmó sus trabajos como guionista y editor de cómics como Stan Lee, tal vez pensando en guardar su verdadero nombre para más altas metas. Pero, en realidad, a su manera, Lee, fallecido ayer con 95 años, escribió algo superior a esa gran novela.
Nacido en 1922 en el seno de una humilde familia judía de origen rumano, estudió en el barrio del Bronx y siempre supo que la escritura era lo suyo. Empezó trabajando como asistente editorial para la por entonces recién nacida editorial de magazines pulps y «comic-books» Timely Comics, que con el tiempo se convertiría en Marvel Comics. Allí firmó su primer texto como Stan Lee, un artículo publicado en el número 3 de Capitán América (mayo de 1941). A partir de ese momento, se dedicó en cuerpo y alma a la escritura y a la edición de cómics, creando sus primeros personajes en 1941 (Destroyer o Jack Frost). En 1942 el Ejército llamó a su puerta en plena Segunda Guerra Mundial, y pasó tres años escribiendo manuales, películas documentales y eslóganes publicitarios en la Training Film Division.
La década de los 50 empezó con más guiones para la editorial Atlas Comics (otro precedente de Marvel), historias de géneros como el romántico, el wéstern, el humor, la ciencia ficción o el suspense, incluso concibió junto con Dan DeCarlo una tira de prensa («My Friend Irma»). Pero a finales de esa década, descontento con sus trabajos, meditó muy seriamente abandonar la escritura. Por suerte para todos, no lo hizo.
Y, de hecho, fue gracias a la revisión de los superhéroes realizada a finales de los cincuenta por DC Comics, con títulos como Flash o La Liga de la Justicia. Entonces, Lee pensó que sería buena idea crear superhéroes más humanos, con problemas cotidianos, más cercanos a la realidad, por mucho que la fantasía fuera su principal fuente de inspiración. Así, en 1961 escribió el primer número de Los Cuatro Fantásticos, dando vida para Marvel Comics a un grupo de superhéroes distintos, que marcaron, de alguna manera, el inicio de una etapa dorada.
Revolución
Lee trabajó con Jack Kirby para dar vida a Los Cuatro Fantásticos, y los lápices de este excelente historietista dieron sus frutos; de hecho, su unión profesional con Kirby aportaría a la historia a otros grandes personajes de Marvel, como Hulk, Iron Man o La Patrulla-X. La década de los 60 fue muy fructífera para este editor y guionista, ya que con otros dibujantes concebiría a personajes tan icónicos como Daredevil (con Bill Everett), el Doctor Extraño (con Steve Ditko), y la que quizá sea su creación más popular, Spiderman (dibujado también por Ditko). Aquellos personajes supusieron una gran revolución en el terreno de los cómics, pero también en la sociedad. Eran personas más que personajes, con toda la humanidad que ello conlleva, y las historias de Lee arraigaron en millones de lectores. De hecho, Lee, editor también de Marvel, supo crear un universo mediático muy especial, ya que por medio de sus textos en los «comicbooks» de esta editorial ayudó a crear un «fandom», un mundo de aficionados, muy
pendientes de la siempre fresca y divertida escritura de Lee. Suyas son frases muy populares entre los lectores de Marvel, como «Excelsior!» o «Maki Mine Marvel!». Los lectores, en efecto, sentían que eran sus historias. Hizo popular el «Método Marvel», que consistía en reunirse con el dibujante para buscar una tormenta de ideas, momento a partir del cual Lee escribía un detallado argumento de cada historia, que el dibujante ilustraba, para que finalmente Lee esMarvel. cribiera los diálogos. El «Método Marvel» aún se usa actualmente.
Hombre inquieto a todos los niveles, en 1971 se enfrentó a las rigurosas normas del Comics Code Authority (una especie de censura interna en los «comicbooks»), escribiendo entre los números 96 al 98 de «The Amazing Spider-Man» una historia relacionada con el peligro que suponían las drogas, tema tabú en este tipo de formato. Aquellas aventuras forzaron al Comics Code Authority a cambiar, ni que fuera superficialmente, su postura.
Durante los 70, se convirtió en la figura pública que representaba a Son famosas sus conferencias por EE.UU., evidenciando no solo su sapiencia del Universo Marvel, sino su forma directa de dirigirse a los auditorios. En 1981 se trasladó a California para desarrollar las divisiones de TV y cine de Marvel, ejerciendo de productor ejecutivo y, siempre, haciendo cameos muy especiales. Con todo, no dejó de escribir: con John Buscema realizaría la novela gráfica «Judgment Day», y con Moebius llevaría a cabo una poética aventura de Estela Plateada: «Parábola».
Carisma
En 1998 fundó la empresa Stan Lee Media, que entró en bancarrota dos años después. Pero, a sus 78 años, todavía tenía cosas que hacer. Participó en iniciativas multimedia y siguió escribiendo guiones, llegando a colaborar con la gran competidora de Marvel, DC Comics. Su nombre figura como productor de muchos de los últimos largometrajes inspirados en personajes de Marvel, y su presencia, siempre en cameos, ha sido constantes en estas películas. Stan Lee es uno de los nombres básicos de la cultura popular. Supo acercar la figura del superhéroe al mundo real, haciéndose eco de los problemas sociales, y llevando la calidad de los «comic-books» a cotas muy altas. Tuve la suerte de conocerle en un Salón del Cómic en Barcelona . Era una persona con carisma, siempre sabía lo que tenía que decir. Pero, sobre todo, Stan Lee ha sido la persona que más iconos de los cómics ha creado, personajes que le sobrevivirán pero que siempre llevarán algo de él. El mundo del cómic (y millones de lectores) está en deuda con Stan Lee. Con la persona y con su leyenda. Muchas gracias por todo, Mr. Stan Lee.