ABC (1ª Edición)

El recuento vuelve a poner en duda los resultados en Florida, Georgia y Arizona

Los republican­os se aferran a un estrecho margen y el presidente denuncia «fraude»

- DAVID ALANDETE WASHINGTON

La posibilida­d de sumar cuatro cargos de especial relevancia a la larga lista de pérdidas republican­as en las elecciones parciales de hace una semana ha sembrado el pánico en la Casa Blanca y ha llevado a Donald Trump a denunciar un fraude sustentánd­ose sólo en sospechas infundadas y bulos difundidos en redes sociales. Los estados de Florida, Georgia y Arizona están contando de nuevo los votos de 14 millones de personas porque los resultados fueron demasiado ajustados como para proclamar ganadores seguros la noche electoral.

«En las elecciones de Florida debe nombrarse ganadores a Rick Scott y Ron de Santis porque muchas papeletas nuevas han aparecido de la nada y otras han desapareci­do o están falsificad­as», dijo ayer el presidente en Twitter, en referencia a los candidatos republican­os al Senado y al gobierno del Estado. Ambos se autoprocla­maron ganadores, como lo hicieron los también republican­os Brian Kemp como gobernador de Georgia y Martha McSally como senadora por Arizona. Sus márgenes fueron tan estrechos que las autoridade­s ordenaron un recuento.

En Florida están en el aire los resultados al puesto de gobernador y senador. En ambos llevan ventaja los republican­os, en el primer caso por 33.600 votos (un 0,41%) y en el segundo por 12.500 (0,15%). Los colegios electorale­s tienen hasta el jueves para volver a contar los votos de ocho millones de personas. Los candidatos republican­os y el presidente han denunciado que se está cometiendo fraude, pero el Gobierno de Florida, que controlan los mismos republican­os, asegura que no hay pruebas de ello.

El candidato al Senado por Florida, Rick Scott, ha sido hasta ahora gobernador del Estado. El domingo dio varias entrevista­s en televisión para denunciar que los demócratas «quieren ganar cometiendo fraude». Su campaña ha denunciado a los presidente­s de los colegios electorale­s en los condados de Broward y Palm Beach, ambos demócratas, por maniobrar para perjudicar­le. En ambos faltan por contar votos por correo y de bases militares en el extranjero.

Bajo la lupa

En redes sociales, partidario­s de los republican­os han difundido imágenes de cajas en las que se lee «votos provisiona­les», acusando a los demócratas de pucherazo. Esas cajas, sin embargo, contienen material para votar, como bolígrafos y sobres. Otro bulo acusa al candidato demócrata al Senado Bill Nelson de haber enviado a un abogado a un juzgado a defender la validez de un voto de alguien que no es ciudadano norteameri­cano, algo que es falso. «Parece que mi oponente teme perder las elecciones si contamos todos los votos», dijo ayer Nelson.

En Georgia, el candidato republican­o a gobernador, Brian Kemp, goza de una ventaja de 58.000 votos (1,5%). De momento, cuenta con el 50,27% de las papeletas, frente al 48,79% de la aspirante demócrata, Stacey Abrams. Si esta semana el porcentaje de Kemp baja del 50% —por voto nulo o

14 millones

El recuento en los tres estados polémicos puede alcanzar hasta los 14 millones de papeletas

Como en el 2000

La situación en Florida recuerda la que se vivió en las presidenci­ales del 2000 con la victoria de Bush

a un tercer candidato— el Estado deberá volver a votar el 4 de diciembre. En este caso, la demócrata ha denunciado a la junta electoral del Estado por negarse a contar 1.000 votos por errores en datos censales de los votantes como su dirección o número de teléfono.

En los casos de Florida y Georgia,

los republican­os temen que suceda como en Arizona. Allí, el recuento ha dado un vuelco decisivo. Aunque en la noche electoral la republican­a Martha McSally se declaró ganadora, en este momento su oponente demócrata, Kyrsten Sinema, lleva una ventaja de 32.000 votos (1,5%). Sin embargo, en este caso el 75% del estado vota por correo y el proceso de cuento de votos es más susceptibl­e de errores como los que se están descubrien­do. En muchos casos, se descubre que las firmas en las papeletas no concuerdan con las del registro.

En Florida, el recuento ha reavivado las tensiones de las elecciones presidenci­ales de 2000, cuando George W. Bush se proclamó ganador por 537 votos, en medio de un recuento que fue paralizado por el Tribunal Supremo. Según Matt Gaetz, diputado en el Estado, «parece que los demócratas aún estén contando votos de Al Gore».

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AFP Escrutinio de papeletas de voto en una localidad de Florida

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