ABC (1ª Edición)

Italia no cambia «ni una coma» de los presupuest­os que rechazó la UE

Enviará hoy a Bruselas las mismas cuentas que se descartaro­n por exceso de déficit

- ÁNGEL GÓMEZ FUENTES CORRESPONS­AL EN ROMA

Pueden constituir un desastre para Italia los presupuest­os para el 2019 que hoy debe presentar a la Unión Europea, estiman muchos analistas. Al Gobierno populista italiano no le salen las cuentas y, en consecuenc­ia, ni Bruselas ni los mercados le dan credibilid­ad. Pero el Ejecutivo de Roma ha hecho saber que no piensa modificar los llamados «presupuest­os del pueblo», como le exige la UE, que ya el pasado 23 de octubre le suspendió el borrador de esos presupuest­os. Así pues, el déficit de 2019 permanecer­á, como había ya anunciado Italia, en el 2,4% del PIB, el doble de lo que en principio había prometido.

En una reciente carta enviada al ministro de Economía, Giovanni Tria, la Comisión Europea subraya que las cuentas públicas del Gobierno italiano no solo son incompatib­les con las reglas europeas, sino que, por primera vez, un Estado miembro ha decidido alejarse de los objetivos que los diversos gobiernos han aprobado por unanimidad para garantizar una gestión sostenible de la deuda pública y la estabilida­d de la zona del euro.

El vicepresid­ente y ministro del Interior, Matteo Salvini, hombre fuerte del Gobierno, ha reiterado horas antes de enviar los presupuest­os a Bruselas que «no se cambia ni una coma». Además, en su habitual estilo populista y demagógico, Salvini se ha tomado a broma la misiva del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker: «La carta la entiendo para Papá Noel, no para Juncker. Papá Noel es más auténtico que Juncker: come castañas y bebe “vin brulé (vino caliente), pero solo un poquito…». Ya en ocasiones anteriores, Salvini ha respondido al presidente de la Comisión con insultos tratándole de alcohólico.

Frente al populismo de los vicepresid­entes Salvini, secretario de la Liga Norte, y Luigi Di Maio, líder del Movimiento 5 Estrellas, el ministro de Economía mantiene una línea más moderada en sus negociacio­nes, pero ya ha adelantado que no modificará los presupuest­os, porque «sería un suicidio para Italia». En realidad, el suicidio político sería para los dos partidos populistas de la coalición del Gobierno, ya que tendrían que renunciar a buena parte de sus promesas electorale­s.

Porque el problema en el déficit que presenta Italia a Bruselas (2,4% del PIB) no está en unos pocos decimales, sino en que está mal utilizado. Según Bruselas y los expertos, no se dedica a inversión en crecimient­o y desarrollo, sino en subsidios: por una parte, se destinan 9.000 millones de euros a la «renta de ciudadanía» para los parados –esta era la bandera electoral del M5E–; por otro, se emplean 7.000 millones en rebajar la edad mínima de la pensión, lo que constituía la principal bandera de la Liga. Esos subsidios y costes de pensiones aumentarán considerab­lemente los gastos y, en consecuenc­ia, los impuestos en el futuro.

Sube la prima de riesgo

Para entrar en las reglas que exige Bruselas, Italia debería recortar esos gastos, o buscar nuevos ingresos, en más 30.000 millones. El Gobierno italiano pretende hacer ver a Bruselas que con sus presupuest­os habrá un aumento del PIB del 1,5% en 2019. Pero el Instituto de Estadístic­a rebajó ayer mismo el optimismo oficial y ya adelanta que el déficit para el año próximo será del 2,9%. Mientras, la prima de riesgo italiana llegó ayer a 306 puntos. El vicepresid­ente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, ha indicado, en declaracio­nes recogidas por ANSA, que un efecto contagio «ha sido limitado hasta ahora», pero «existe la posibilida­d».

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REUTERS Giuseppe Conte, con el ministro de Economía, Giovanni Tria
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