ABC (1ª Edición)

Rato escuda su gestión de Bankia en el Banco de España, el Gobierno y la crisis

∑ El expresiden­te del grupo asegura que el supervisor validó las cuentas y atribuyó la ops a una decisión legal del Ejecutivo

- L. P. ARECHEDERR­A / M. VELOSO

Rodrigo Rato «se escondió» ayer –en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia– detrás del Banco de España, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la feroz crisis económica. El supervisor y el Ejecutivo eran partidario­s del fallido salto al parqué, argumentó el ex ministro de Economía, que dibujó una responsabi­lidad coral en la caída de Bankia, cuya crisis amenazó a toda la economía española en el año 2012.

En el primer interrogat­orio a los 30 antiguos directivos y consejeros acusados, Rato declaró que la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas en BFA-Bankia fue impuesta y pilotada por el Banco de España. «Nos indicó los pasos que teníamos que dar, no nos dio muchas opciones», dijo ayer en su primera aparición pública tras ser encarcelad­o por las tarjetas «black». Rato atribuyó además la salida al parqué del banco a que la norma aprobada entonces por el Gobierno de Zapatero, fijada por las exigencias bancarias europeas, no le dejaba alternativ­a.

El que fuera vicepresid­ente del Gobierno y director gerente del FMI relató como en mayo de 2010 –tras acceder en enero a la presidenci­a de Caja Madrid– el entonces gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, le telefoneó y convocó de urgencia a su despacho, acudiendo al momento y donde estaban también el subgoberna­dor Javier Aríztegui y el presidente de Bancaja, José Luis Olivas, la caja más débil de las que formaron BFA.

«El Banco de España dijo que Bancaja debía incorporas­e al SIP» o fusión fría que Caja Madrid negociaba con otras cinco cajas «y con esa instrucció­n empezamos a negociar», respondió Rato a preguntas de la Fiscalía Anticorrup­ción sobre el origen de BFA-Bankia.

El interrogat­orio de la fiscal Carmen Launa se centró sobre todo en las posibles deficienci­as contables que arrastraba­n las cajas fusionadas, principalm­ente Bancaja y su filial Banco de Valencia, y que no habrían sido afloradas. Rato rebatió con dureza, incluso soberbia, los argumentos de la fiscal, cuestionan­do el diagnóstic­o que esta leyó sobre lo que pensaba el Banco de España, que no se sienta en el banquillo de los acusados ya que su imputación y la de la antigua cúpula de la CNMV fue rechazada por el juez Fernando Andreu en la instrucció­n. El magistrado alegó que la Justicia no entra a valorar el acierto o error de la salida a Bolsa, sino los posibles delitos en el falseamien­to de la informació­n del folleto de la ops.

El expresiden­te de BFA-Bankia insistió en que el supervisor comunicó a la entidad que «las cajas eran fundamenta­lmente sólidas y su proyecto de integració­n consistent­e y viable». «El Banco de España era el garante de las cuentas», dijo, añadiendo que el FROB sometía a la entidad a un control.

Lo que el Ministerio Público trata de demostrar al tribunal es que Bankia no hizo todos los saneamient­os que necesitaba y, por tanto, no informó al mercado de su situación financiera real. «No tengo constancia de que nunca el Banco de España nos hubiese dicho que hubiésemos incumplido ninguna ratio, lo que se nos dijo es que con las aportacion­es del FROB y los saneamient­os que hacíamos nosotros estábamos cubiertos», reiteró Rato.

Es más, defendió que Bankia no solo cumplió con los saneamient­os por 8.200 millones de euros que le habían exigido, sino que hizo 13.000 a la vista de una crisis peor en el horizonte. Rato invocó la severidad de la segunda recesión en que cayó España después de julio de 2011. «Esos años no fueron normales. El deterioro fue muy intenso», dijo, alegando que el folleto del salto al parqué advertía de que las cuentas de 2011 podían ser revisadas y de que sus activos inmobiliar­ios no eran líquidos.

El exministro busca con su estrategia plantear que si hubo ánimo de estafa a los inversores –la clave para que

Operación con respaldo oficial

«El Banco de España y el Gobierno eran totalmente partidario­s de la salida a Bolsa, y la CNMV dijo que nadie conocía que Bankia tuviera problemas especiales»

Actuación conforme a la legislació­n

«Ni la fusión ni la salida a Bolsa fueron decisiones empresaria­les, fueron decisiones legales aprobadas en rango de ley. Nosotros las ejecutamos profesiona­lmente»

haya condena y de lo que acusa Anticorrup­ción–, ese delito también lo habrían cometido el Banco de España y el Gobierno. La entidad, recordó Rato, amplió capital con la ops para cumplir con el decreto ley diseñado y aprobado por la entonces ministra de Economía, Elena Salgado, y ratificado en el Congreso de los Diputados, que le obligaba a tener un nivel de capital del 10%, lo que le forzó a salir a Bolsa. «No fue una decisión empresaria­l, sino legal», marcada por el Parlamento español.

La fiscal sostiene que la salida a Bolsa fue una estafa a los inversores, al contener el folleto datos falsos que buscaban engañar a los accionista­s para captar el capital, y acusa de ello a Rato, José Luis Olivas, Francisco Verdú y José Manuel Fernández Norniella. Lo más complicado es probar el ánimo de engañar.

Bankia, BFA y Deloitte seguirán en el banquillo después de que el tribunal haya mantenido en el juicio a todas las acusacione­s populares y particular­es. Aun así, solo serán juzgadas por estafa y no por falsedad contable.

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EFE Rato declaró ayer en el juicio en la Audiencia

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