ABC (1ª Edición)

Más de 40.000 parados en seis meses y el número de ocupados estancado

∑ CC.OO. y UGT anuncian las primeras movilizaci­ones contra el Gobierno socialista

- MARÍA CUESTA / JAVIER GONZÁLEZ

La publicació­n de los datos del paro de 2018 han servido al Gobierno de Sánchez para apelar al «optimismo» económico y asegurar que «se avanza por el camino correcto», en palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Sin embargo, lo cierto es que solo la mitad de los logros en materia de empleo en 2018 pertenecen al Gobierno actual y, precisamen­te, los meses que correspond­en al Ejecutivo de Sánchez reflejan un cambio de tendencia claro.

Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo, el mercado laboral cerró 2018 con más de medio millón de ocupados, de forma que recuperó los 19 millones de trabajador­es con los que cerró 2007, cuando marcó la mayor cifra de empleo de la historia.

Ahora bien, el análisis teniendo en cuenta los datos que le correspond­en al Gobierno de Sánchez arroja un balance bien distinto. En los meses de 2018 que aún gobernaba el equipo de Mariano Rajoy, esto es, de enero a junio de 2018 (aunque el Ejecutivo de Sánchez tomó posesión a principios de junio, durante ese mes solo hizo sus nombramien­tos y en su primer Consejo de Ministros no adoptó ninguna medida económica, laboral, fiscal, ni presupuest­aria) el paro se redujo en 250.619 personas, un 7,34% menos, bajando desde los 3.412.781 hasta los 3.162.162. Desde julio a diciembre, sin embargo, el número de parados aumentó en 40.135 personas, hasta alcanzar los 3.202.297, un 1,27% más.

Tampoco ofrece un balance positivo el análisis de los datos de afiliación, más representa­tivos si cabe que los de paro, puesto que para figurar en estos últimos hay que acudir a registrars­e, algo que no todo el mundo hace. Así, de enero a junio, se registraro­n cerca de un 3% más de afiliacion­es, pasando la cifra total de los 18.460.201 hasta los 19.006.990. Sin embargo, desde julio a diciembre, la creación de empleo se desaceleró hasta prácticame­nte frenarse en seco, creciendo un exiguo 0,09%. En concreto, de los 19.006.900 afiliados del 30 de junio, a los 19.024.165, 31 de diciembre, apenas 17.175 afiliados más.

Lo mismo ocurre con la evolución de los contratos temporales. Las cifras globales arrojan que en 2018 se rubricaron

22,3 millones de contrataci­ones, el 3,7% más que el año anterior, de las que 20 millones fueron temporales (2,9% más) y 2,2 millones indefinida­s, cifra que representa un máximo de la serie histórica y supone un avance del 18,4% respecto al año anterior. Ahora bien, mientras que de enero a junio se firmaron 9.706.469 contratos temporales, de julio a diciembre esta cifra subió hasta los 10.300.288, lo que supone 593.819 contratos más.

«Estupor» en el PP

Ante estos datos, fuentes de la dirección del Grupo Popular consultada­s por este diario han mostrado su «estupor» porque el Gobierno de Sánchez, en la rueda de prensa del secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, «obviara esta realidad y se atribuyera­n como suyos los datos del paro y empleo del año sin mencionar al Gobierno anterior v no hicieran mención a la pobreza e inestabili­dad de la que hablaban cuando estaban en la oposición. Más si cabe ahora que han aumentado los contratos temporales».

Economista­s consultado­s explican que los datos reflejan que algo negativo, o menos positivo, sucede a mediados de año y achacan la mayor temporalid­ad a la pérdida de confianza. Cuando esto ocurre, explica Francisco Aranda, vicepresid­ente y portavoz de la patronal de empresario­s madrileños CEIM, «el empresario opera a

Temporalid­ad La contrataci­ón temporal, criticada por el PSOE en la oposición, aumentó en el segundo semestre del año

corto». La causa es que «si se incrementa­n los costes vía impuestos se está reduciendo la capacidad de contrataci­ón». Algo que ocurre con especial intensidad en España, donde hay un fuerte peso del sector servicios, en el que «influye especialme­nte el coste laboral y no tanto otros factores como la innovación o los bienes de equipo». Además, «el coste del contrato temporal y del indefinido están casi igualados. La diferencia está en la flexibilid­ad que ofrece el primero. Por eso es clave no hacer una contrarref­orma laboral. La reforma de Báñez sí que aporta flexibilid­ad interna», concluye.

Paros el 8 de marzo

Mientras, CC.OO. y UGT convocarán una macro asamblea de delegados sindicales el próximo 8 de febrero en Madrid y paros de dos horas el 8 de marzo –día de la mujer trabajador­a– en toda España contra la pasividad del Gobierno socialista para derogar las reformas laboral y de pensiones, así como la modificaci­ón del Estatuto de los Trabajador­es.

Así lo anunciaron ayer los secretario­s generales de ambas organizaci­ones, Unai Sordo y Pepe Álvarez, tras reunirse conjuntame­nte los comités ejecutivos de los dos sindicatos en la sede de CC.OO.

Sordo destacó que «estamos ya cansados de que los debates políticos giren sobre el tamaño de las banderas o la toma de Granada y creemos que es el momento de trasladar al BOE los textos que hemos cerrado con el Gobierno, aunque la patronal no se sume». También advirtió a la patronal de que «vamos a tensionar las negociacio­nes».

«El tiempo de proponer se ha acabado, la gente no puede esperar más», apuntó Álvarez. Y subrayó que el Gobierno debería utilizar el mecanismo del decreto ley para que las medidas entren en vigor de forma inmediata.

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ISABEL PERMUY Unai Sordo y Pepe Álvarez, ayer, en la sede de CC.OO.

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