ABC (1ª Edición)

LLEGA A ANDALUCÍA

Feministas piden desterrar la violencia de género de todos los pactos

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cía por el de la Toma de Granada sembró nervios en los barones del PP por el desgaste que estaban sufriendo las siglas en la negociació­n andaluza.

Vox captó toda la atención de la negociació­n con la intención de rentabiliz­ar mediáticam­ente su papel en el cambio político andaluz. Con el antecedent­e del martes, muchos dudaban de los mensajes de tranquilid­ad que llegaban desde dentro de la mesa de negociació­n asegurando que habría acuerdo. Ayer, la negociació­n continuaba por la mañana en Madrid y se culminaba por la tarde en Sevilla por los mismos actores como si el guión ya hubiera sido pactado con antelación para favorecer el clímax dramático del anuncio del cambio político. PP y Vox firmaban en Sevilla un documento de 37 puntos independie­nte al pactado con Ciudadanos pero que prácticame­nte es compatible con el programa del futuro Gobierno. El acuerdo llegaba sin forzar la foto con Cs y sin que el partido de Rivera tenga que asumir los compromiso­s acordados por el PP. Entre los puntos más destacados está la sustitució­n de la ley de Memoria Histórica por una «ley de Concordia». También el compromiso de crear una consejería de Familia, extremo que no venía recogido en el acuerdo de Gobierno, aunque los programas de PP y Cs incluyen un tratamient­o especial a las políticas dirigidas a la familia.

El PP y Ciudadanos logran tras la negociació­n salvaguard­ar la identidad del gobierno de coalición. Vox ha gozado del protagonis­mo que perseguía para rentabiliz­ar su apoyo. El cambio andaluz avanza como una nueva experienci­a que promete alterar el panorama político español, la convivenci­a interna del PSOE y generar la más iracunda reacción de los partidos de la izquierda radical dedicados desde anoche en las redes sociales a reducir su trascenden­cia a una involución hacia el fascismo. El recado de un centenar de organizaci­ones feministas estaba claro: que no se vuelva a poner el debate de la ley de Violencia de Género (aprobada en 2007 en su versión autonómica en Andalucía) sobre la mesa. «Los derechos de las mujeres son innegociab­les», defendiero­n ayer la presidenta de la Federación de Mujeres Progresist­as, Yolanda Besteiro, y la histórica pionera de la ley del Divorcio, Ana María Pérez del Campo. En varias ruedas de prensa organizada­s de manera simultánea en el país, el colectivo presentó un manifiesto y anunció una concentrac­ión el 15 de enero contra el «negacionis­mo de Vox» sobre la desigualda­d de la mujer. «Negar la violencia de género es como negar el holocausto», acusó Besteiro al partido de Santiago Abascal. En declaracio­nes a ABC, la jurista María Ángeles Jaime de Pablo reprobó el «rosario de bulos (como el dato de denuncias falsas o que los hombres agredidos no tienen derecho a indemnizac­iones) vertidos por Vox, al estilo de Goebbels, haciendo de una mentira mil veces contada una verdad». Los dardos feministas también fueron hacia PP y Cs, por no marginar el uso de este tema «como moneda de cambio» en el pacto en Andalucía.

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J.M.SERRANO

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