«Es otra vez más Cataluña a costa de menos España»
∑ El PP extremeño clama contra el guiño a los soberanistas; el PSOE de Vara calla
presupuestario, Podemos, han venido publicitando. A eso se remitían ayer en el Ejecutivo cuando se les preguntaba por el planteamiento de Iceta de que Sánchez presentará un «gran argumento» para su aprobación. En el Gobierno tienen la siguiente estrategia: convencer a los independentistas de que no bloqueen la tramitación y que una vez abierto el proceso de enmiendas sea el Govern de la Generalitat el que «pueda poner en los Presupuestos los proyectos que estime más oportunos», explica una fuente de La Moncloa. En línea muy similar se expresó la ministra de Hacienda, María
Jesús Montero.
«Crisis» de Torra
Pese a las declaraciones de Torra, en el Gobierno se aferran a la «división» entre los independentistas y a la ausencia de una única voz autorizada en la toma de decisiones. «Creo que van a mantener la incógnita hasta el final», manifiesta un miembro del Gobierno.
En esta línea se enmarca la advertencia de Torra a ERC y el PDECat –pronunciada anoche en un acto de un portal digital independentista– indicando que si a estos dos partidos se les ocurre aprobar los PGE se verá obligado a hacer cambios en la Generalitat. Miquel Iceta, en una comparecencia ante los medios el pasado día 7
EFE
« Si esto pasase –que ERC y el PDECat den apoyo a las cuentas de Sánchez–, habría una crisis de gobierno, ciertamente».
A tenor de las palabras de Torra, a las que hay que sumar las de Aragonès, por lo tanto, parece que al Gobierno no le bastará con una nueva inyección de dinero público en Cataluña para aprobar las cuentas de 2019. Hace menos de tres semanas, el Consejo de Ministros, celebrado en Barcelona, aprobó partidas en inversiones en carreteras catalanas por valor de unos 113 millones de euros, así como medidas de carácter simbólico-políticas (referidas a las figuras de Lluís Companys y Josep Tarradellas, sobre todo). Medidas que se suman al compromiso ya adquirido por parte del Gobierno de aplicar la Disposición Adicional Tercera del Estatuto de Autonomía, que equipara la inversión del Gobierno en Cataluña al peso del PIB de esta región y que el Tribunal Constitucional declaró que no era de obligado cumplimiento para el Ejecutivo.
Estas medidas fueron aceptadas por los partidos secesionistas pero valoradas como insuficientes para aprobar las cuentas de Pedro Sánchez o para aparacar las reivindicaciones independentistas.
Pulso El secesionismo mantiene su no a las cuentas hasta que Sánchez no haga un gesto político
Tensión Torra advierte a ERC y el PDECat de cambios en la Generalitat si ceden a la presión del PSOE
Año 2004. 31 de julio. El entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sacó ese día el Consejo de Ministros de Madrid y lo llevó hasta Extremadura. Allí anunció que su Ejecutivo invertiría 3.400 millones de euros en carreteras e infraestructuras ferroviarias para que la región alcanzara «una velocidad punta». Año 2019. 1 de enero. 160 pasajeros de la línea Madrid-Badajoz se quedan tirados en medio de la noche porque su tren, que ni de lejos es un AVE, se ha vuelto a averiar.
Quince años después, aquellos millones que prometió Zapatero parece que se han quedado por el camino, igual que los trenes punteros, que hoy en día siguen siendo los mismos de siempre y, cosas del tiempo, pierden hasta los tornillos. Con este panorama es normal que en Extremadura no hayan sentado nada bien las palabras del líder de los socialistas catalanes, Miquel Iceta, que anuncian un nuevo guiño económico del Gobierno a la Generalitat, pese a los continuos desafíos soberanistas posteriores al 1O. «Esto es otra vez más Cataluña a costa de menos España», critica el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, quien considera
3.400 millones Prometió Zapatero para mejorar trenes y carreteras en Extremadura. Hoy los trenes pierden tornillos
como «una auténtica barbaridad» que Sánchez intente seducir a los secesionistas para que apoyen sus Presupuestos a costa de inversiones públicas mientras en regiones como la suya existen carencias tan importantes como la ferroviaria. «Europa nos dice que somos prioritarios, el objetivo número 1; pero en Madrid el objetivo número 1 es Cataluña», lamenta Monago, quien considera que Sánchez les debe todavía el favor de haberle hecho presidente del Gobierno: «Esta negociación nunca se ha contado de manera completa, pero el apoyo del nacionalismo radical tiene un precio, no sólo es la investidura. Y se trataba de mejorar el margen financiero del que ahora habla Iceta y que no es otra cosa que darles más pasta».
Poca fe
Mientras tanto, el PSOE extremeño calla. Este diario intentó recabar alguna reacción a la polémica declaración de Iceta, pero fuentes oficiales a nivel regional se limitaron a guardar cualquier valoración hasta después de la reunión que hoy mantienen el presidente regional, Guillermo Fernández Vara, y el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, en Madrid. En el PP no creen que la reunión sirva para mejorar la situación en la región, donde quizá mañana lean otro titular grandilocuente al estilo de aquel de Zapatero y los 3.400 millones de 2004. «Aquí nadie se cree nada. Sólo vale lo que sale blanco sobre negro licitado en el BOE», insiste Monago, quien pronostica que, hasta que no se ejecuten esas inversiones, «los trenes seguirán averiándose» en Extremadura.