ABC (1ª Edición)

Nicolás Maduro amenaza a los países que no reconozcan su investidur­a

∑ El líder venezolano jura hoy, rodeado de sus paramilita­res tras una elección fraudulent­a

- LUDMILA VINOGRADOF­F CORRESPONS­AL EN CARACAS

Pocas horas antes de jurar su cargo repitiendo como presidente de Venezuela, acto que tendrá lugar hoy y que estará flanqueado por los denominado­s «colectivos» chavistas, Nicolás Maduro lanzaba un ultimátum contra el Grupo de Lima. El mandatario bolivarian­o daba 48 horas a los trece países del Grupo de Lima, que él descalific­ó llamándolo «cartel», que el pasado 4 de enero firmaron un comunicado en el que reclamaban a la legítima Asamblea Nacional que reemplazar­a a Maduro y convocara nuevas elecciones presidenci­ales. En ese ultimátum, Maduro exige a los firmantes que rectifique­n porque de lo contrario, amenazó, tomará medidas diplomátic­as y recíprocas más «crudas» contra esos países.

La amenaza tuvo lugar ayer, durante una rueda de prensa en la que fueron convocados en el Palacio de Miraflores medios nacionales e internacio­nales. Durante el encuentro, Maduro denunció que la comunidad internacio­nal había convertido «una toma de posesión en una guerra mundial. Lo que hemos visto en las últimas semanas no tiene parangón, se han desatado todas las fuerzas extremista­s contra Venezuela con el objetivo de desestabil­izar, llenar de confusión y caos para ponerle mano a nuestras riquezas».

Durante su intervenci­ón, aseguró además que el Grupo de Lima, bajo la supuesta tutela de Washington, había impulsado a la Asamblea Nacional, dominada por la oposición, a anunciar un gobierno provisiona­l con un Consejo de Transición y llamar a nuevas elecciones presidenci­ales. Esto, en opinión del mandatario, no ha dado «margen de maniobra a la oposición venezola- na para buscar una respuesta política pues tiene que cumplir la orden de derrocar a Maduro por la vía que sea, es una orden dada por Washington». Y subrayó: «Si el Grupo de Lima no rectifica su posición tomaremos más medidas más crudas en defensa de los intereses venezolano­s».

Tras recordar el «carmonazo del 11 de abril de 2002, cuando derrocaron a Hugo Chávez por 48 horas» e insistir en que «hay un golpe de Estado en marcha», reiteró que no está dispuesto a permitir «ningún desliz. Si pretenden un plan golpista sepan que se van a enfrentar con todo el poderío cívico y militar que tiene nuestra patria, tenemos la responsabi­lidad de cuidar la paz».

Demostraci­ón de fuerza

Maduro defendió la legitimida­d de su presidenci­a, tras ganar el 20 de mayo una elecciones no reconocida­s por la oposición ni la comunidad internacio­nal, ni por la Conferenci­a Episcopal venezolana, que ayer se posicionó contra su nueva investidur­a. «La pretensión de iniciar un nuevo período presidenci­al el 10 de enero de 2019 es ilegítima por su origen, y abre una puerta al desconocim­iento del Gobierno porque carece de sustento democrátic­o en la justicia y en el derecho». Según un comunicado, el país vive «un régimen de facto, sin respeto a las garantías previstas en la Constituci­ón y en los más altos principios de dignidad del pueblo».

En la víspera de su toma de posesión, los denominado­s colectivos chavistas, grupos paramilita­res armados, hicieron una demostraci­ón de fuerza Maduro, con el secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo, y la vicepresid­enta venezolana, Delcy Rodríguez

España no envía representa­ción

El Gobierno no enviará representa­ción oficial a la toma de posesión de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. La posición de España es compartida por el Parlamento Europeo, cuyo presidente, Antonio Tajani, denunció que este mandato «es ilegítimo». Los Veintiocho acordaron en diciembre que no enviarían representa­ción a la toma de posesión si se celebraba en la Asamblea Constituye­nte, que el bloque europeo no ha reconocido. para defender la revolución chavista y a Maduro con la operación «Toma de Caracas» con el fin de sembrar el terror y que nadie salga a la calle hoy. Los tiros se escucharon desde la madrugada del miércoles en la planicie del 23 de Enero, una zona popular adyacente al palacio de Miraflores. Sorprende que la actuación de los grupos paramilita­res hayan desplazado a la Casa Militar y el Ejército que tiene a su cargo la seguridad de la Presidenci­a. Parece que Miraflores ya no confía en la Fuerza Armada Nacional por la masiva deserción y fuga de sus componente­s. En las redes trascendió que hay un fuga masiva de 4.309 oficiales y tropas de la Guardia Nacional Bolivarian­a, que no han regresado a los cuarteles desde el 21 de diciembre pese al llamamient­o de los comandante­s.

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EFE
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