Caos y desabastecimiento por el plan contra el robo de gasolina
Colas kilométricas de coches para llenar el tanque de gasolina. Peleas entre clientes desesperados con otros conductores, o con los trabajadores de las estaciones de servicio después de horas esperando a ser atendidos. En medio de este caos llevan varios días diversas ciudades de México, incluida la capital, debido a una crisis de desabasto de gasolina tras la presentación de un plan gubernamental para frenar el robo de combustible en todo el país, un fenómeno conocido como «huachicoleo».
«Hay una situación de problemas con el abasto de gasolinas en la Ciudad de México y otras partes originados por el plan de combate al robo de combustible», dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, durante una rueda de prensa este martes en la que pidió a los ciudadanos que eviten caer en pánico. «Si hay gasolina disponible en los tanques de los automóviles que no vayan a la gasolinera en estos días porque estamos en el proceso de regularizar el abasto», añadió.
La petrolera estatal Pemex pierde al año unos 60.000 millones de pesos, aproximadamente 2.700 millones de euros, debido al «huachicoleo», una lucrativa actividad controlada principalmente por organizaciones dedicadas al narcotráfico y que ha aumentado considerablemente en los últimos años. Para poder robar el combustible, las organizaciones delictivas, con la ayuda de empleados de la Pemex, extraen la gasolina del sistema de tuberías de la empresa pública mediante tomas clandestinas. Este delito ocurre especialmente en el Triángulo Rojo, una región del estado de Puebla.
Parte de la estrategia para frenar el robo de combustible ha sido cerrar cuatro de los trece oleoductos de Pemex con el objetivo de secar las tomas clandestinas. Para poder atajar el problema el gobierno planea que la distribución de gasolina se realice mediante camiones cisterna, sin embargo, el cierre de los oleoductos ha dejado sin combustible a la Ciudad de México y a siete estados del centro del país.