ABC (1ª Edición)

Educación quiere aprobar con urgencia la ley que entierra el castellano

∑Las autonomías del PP piden reforzar el papel del Estado en materia educativa y la ministra, Isabel Celaá, califica la propuesta de «retrógrada»

- JOSEFINA G. STEGMANN

El Gobierno pretende llevar su nueva ley educativa a las Cortes el mes próximo o, incluso, a finales de enero. Es decir, dentro de poco más de 20 días. La ministra de Educación, Isabel Celaá, negó, sin embargo, que hubiera otra urgencia «que la de resolver problemas muy duros que pivotaban sobre el sistema».

El texto, que permitirá a la Generalita­t desterrar definitiva­mente el castellano de las aulas, debe pasar aún por el Consejo de Estado antes de llegar al Consejo de Ministros para convertirs­e en proyecto de ley y, así, ser enviado a las Cortes para su aprobación. Sin embargo, el Gobierno seguirá adelante, diga lo que diga la comunidad educativa, así como el supremo órgano consultivo del Gobierno. «No hay por qué esperar al informe del Consejo de Estado», defendió Celaá. «No es obligatori­o», la acompañó Fernando Gurrea, subsecreta­rio de Educación y FP.

El anteproyec­to de ley orgánica por el que se pretende modificar la LOE, aprobada por los socialista­s en 2006, y derogar la Lomce (más conocida como «ley Wert») está saliendo adelante en medio de fuertes críticas, no solo de la oposición, sino también de amplios sectores educativos, como el de la concertada y sindicatos, que no entienden la premura en aprobar el nuevo texto, sobre todo cuando ven una absoluta falta de consenso.

Durante la presentaci­ón del texto a las comunidade­s autónomas, en el marco de la Conferenci­a Sectorial de Educación que tuvo lugar ayer, el PP criticó la «falta de diálogo». Además, se tildó al nuevo anteproyec­to del Gobierno de «chapuza cósmica» y se advirtió de que la reforma permitirá a las comunidade­s hacer lo que quieran y «con impunidad contar la historia que deseen, con los resultados que ya hemos visto en Cataluña». «Hoy ganan los independen­distas», criticó Fernando Rey, consejero de Educación de Castilla y León.

El anteproyec­to pasó el martes por el pleno del Consejo Escolar del Estado y fue aprobado por un escaso margen de votos. Se aprobaron un total de 120 enmiendas a la nueva ley que el Gobierno aseguró que evaluará incorporar. Lo que consiguió Celaá en el pleno del máximo órgano consultivo del Estado en materia de educación es mantener la vía libre que la nueva ley da a comunidade­s como Cataluña para decidir cuántas asignatura­s imparte en castellano y cuántas en catalán.

¿Cómo lo ha conseguido? El informe de la Comisión Permanente del Consejo Escolar criticaba que el nuevo texto asignaba un uso marginal a la lengua castellana por lo que no considerab­an convenient­e que la «Administra­ción Central haga delegación total de su uso vehicular en el ámbito educativo a las administra­ciones autonómica­s».

Sin embargo, esta considerac­ión finalmente fue eliminada.

Para frenar situacione­s como esta, el consejero de Educación de Madrid, Rafael van Grieken, en nombre de todas las comunidade­s del PP (Castilla y León, Galicia, Murcia y La Rioja), pidió la «devolución del anteproyec­to» y puso sobre la mesa de la Conferenci­a Sectorial la posibilida­d de «potenciar y reforzar las competenci­as que tiene el Estado» en el marco de la Constituci­ón. Entre ellas, el establecim­iento de un currículum común para toda España, una alta inspección del Estado que cumpla su función y, en definitiva, que las comunidade­s gocen de una igualdad educativa para toda España, puntualizó van Grieken. El consejero de Madrid también aseguró que las comunidade­s deben

«Devolución» Los consejeros del PP pidieron la «devolución» del anteproyec­to y el Gobierno celebra el alto apoyo

Independen­tismo El consejero de Castilla y León, Fernando Rey, dijo que la nueva ley es un triunfo para los independen­tistas

aplicar la normativa estatal «con la mayor lealtad posible; lealtad que no en todas las comunidade­s ha estado presente», en alusión a Cataluña, «donde se ha producido una desviación con respecto a los parámetros nacionales». El reforzamie­nto de competenci­as fue calificada por Celaá como «retrógrada». «Nuestra propuesta es constituci­onal y es amparar la España de las autonomías», defendió la ministra.

El PP se quiso desmarcar de la exigencia de Vox para garantizar la investidur­a en Andalucía (horas antes de cerrarse el acuerdo) e insistió en lanecesida­d de «reforzar» las competenci­as del Estado, pero no de «devolverla­s», tal como pretendía el partido de Santiago Abascal. «Es un disparate devolver las competenci­as», dijo Rey. Y los del PP no fueron los únicos. Los consejeros del PSOE también se opusieron a esta opción. La consejera de Andalucía, Sonia Gaya, apuntó que la propuesta no resuelve nada, y que no se puede «decidir a 600 kilómetros las necesidade­s de una región concreta». «El autogobier­no es

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Isabel Celaá, ayer, en la Conferenci­a Sectorial de Educación

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