LA CÓLERA DEL SOCIALISTA SENTADO
HABRÁ de ser una legislatura, la andaluza, en la que no debamos descartar sobresaltos. El propio tránsito de la firma del acuerdo hasta la investidura de Moreno no está ni estará exento de tropiezos, desafíos, retanteos, borderías y tomatazos. Ayer mismo Rivera se esforzaba por molestar a los otros dos miembros del pacto de forma absolutamente gratuita: «Sus acuerdos son papel mojado». ¿Tenía alguna necesidad de escenificar ese desprecio tanto a quien va a darle los votos que van a hacer vicepresidente a su valido como al partido con el que ha firmado un documento de 90 artículos? Evidentemente no: ello responde a la necesidad de hacerse perdonar el hecho de entrar en un gobierno que, desde las afueras, va a propiciar Vox. Se trata de escenificar, a cada poco, la idea de que no ha tenido más remedio que precipitar el cambio y dejar manifiestamente claro que todo le da mucho asco. Yo no sé por qué se ha prestado a esto pudiendo haber hecho caso al cretino de Macron, ese que se mete donde no le llaman.
También se escriben crónicas inmediatas de los choques a cuenta de una Consejería de Familia que Vox exige y que Ciudadanos niega y que forma parte del aperitivo de todas las refriegas, esas que se intercambian los dos polos del pacto como anticipo de los años que nos quedan antes de que Rivera