La culpa, no es solo de Sánchez
Leo y escucho con asombro en muchos medios de comunicación que la derrota del PSOE en las elecciones autonómicas de Andalucía se debe a la nefasta política de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de la Nación. Creo que es un error ese reduccionismo. La responsabilidad en la derrota es compartida. Primero, de acuerdo, de Pedro Sánchez, por su entreguismo en la política ante los problemas generados por los nacionalismos, principalmente el catalán. Después, obviamente, de Susana Díaz, por dar continuidad a políticas que a nivel autonómica se han visto erróneas en las tres últimas décadas. Y después, a la demoledora imagen que los sucesivos ejecutivos socialistas han trasladado a los votantes con escándalos como los relacionados con los expedientes de regulación de empleo, donde fueron a un pozo sin fondo centenares de millones de euros. clientelar regada con el dinero de todos. Los políticos secesionistas han arrumbado de sus actuaciones los problemas reales de la gente. El erial legislativo ha sido una constante de los sucesivos gobiernos catalanes desde la presidencia de Artur Mas, y más acusado aún con Puigdemont y Torra. El balance parlamentario de la mayoría independentista no tiene comparación posible, por inexistente, con cualquier Cámara que se defina como democrática. Todo lo que no servía a su proyecto de ruptura con el Estado no tiene cabida. Nada en Sanidad, Enseñanza, Dependencia, Seguridad, Asuntos Sociales... Eduard Pujol, de Junts per Catalunya, expresó esa forma despótica y despreciable que tiene el separatismo de jugar con el sufrimiento de las personas cuando se refirió a las listas de espera sanitarias en plena huelga de batas blancas como «migajas» y algo no «esencial» porque lo decisivo era la república. Un relato infecto. Ahora hasta los independentistas de a pie saben que a su casta no le importa si se mueren o sufren por una operación que nunca llegó.