Caixabank negocia unas 2.000 bajas y nuevas condiciones
La dirección de Caixabank y los representantes sindicales mantuvieron ayer una primera reunión para abordar las condiciones de un ERE que, aún sin cifras concretas, podría afectar a entre 2.000 y 2.500 empleados –de un total de 32.000–, según cálculos de los representantes de los trabajadores. Constituida la mesa negociadora, ambas partes parten con la voluntad de que todo el proceso se lleve a cabo de manera pactada y sin tener que recurrir a medidas forzosas, algo que los sindicatos anuncian que no aceptarán, como tampoco la movilidad geográfica o una modificación de las condiciones laborales. Los sindicatos reclamaron también que no se fijen plazos para la aplicación de los despidos y se permita una negociación no limitada.
La reestructuración de la plantilla de Caixabank se produce en el marco del plan estratégico 2019-2021 anunciado el pasado noviembre por el presidente del banco, Jordi Gual, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, y que contempla el cierre de al menos 821 oficinas y una decidida apuesta por la digitalización.
Entorno urbano
Caixabank tenía 5.358 sucursales en 2014 y acabará el presente ejercicio con 4.461. En 2021 deberían ser menos de 3.640, lo que supondrá un adelgazamiento del 18% de la red actual. El grueso de los recortes se llevará a cabo en entornos urbanos –principalmente Barcelona, Madrid, Sevilla o Valencia, donde la entidad tiene mayor presencia–, en tanto que se mantiene la red Agrobank, las sucursales situadas en poblaciones de menos de 10.000 habitantes, y que actualmente está formada por unas 1.100 oficinas, el 24% del total.
En las ciudades, el plan es ir cerrando las oficinas más pequeñas para avanzar hacia el modelo «store», sucursales de grandes dimensiones con más servicios. La reestructuración que comienza a negociarse es la segunda más importante que afronta Caixabank después de la que en 2013 comportase la salida de 2.600 personas tras la integración de Banca Cívica.