ABC (1ª Edición)

Hacienda ignora a Podemos y no limitará el precio del alquiler

∑ La formación morada denuncia que Sánchez vulnera el pacto presupuest­ario

- G. CARO / G. GINÉS

cen realmente las acciones de muchas compañías se encontrarí­a con un laberinto legal en el que hay a su vez operadores colectivos como fondos de inversión o inversores de todo el mundo. Dentro del propio grupo IAG figura también la irlandesa Aer Lingus, aunque en este caso parece que la nacionalid­ad de sus accionista­s está más clara y la Comisión ya ha garantizad­o en este caso concreto que no se vería afectada por un Brexit sin acuerdo.

Otra de las aerolíneas irlandesas, probableme­nte la que más se beneficia de poder operar en el cielo único, es Ryanair, que ya ha modificado sus estatutos para adaptarse a la salida del Reino Unido de la UE. En concreto, ha privado de derecho de voto a los accionista­s no europeos y ha impuesto la obligación para estos de vender sus acciones solamente a inversores europeos, que en su caso sí adquiriría­n derechos de voto. «Con estas dos medidas se garantiza que Ryanair será propiedad y estará controlada por europeos en un escenario de Brexit radical» afirma la compañía de bajo coste. Por el momento, la empresa irlandesa se ha procurado una licencia de vuelo británica, lo que le permitirá operar rutas dentro del Reino Unido y fuera de la Unión Europea después del Brexit.

Por ahora, ni Iberia ni el conglomera­do al que pertenece no ha desvelado cuales son sus planes concretos. Willie Walsh, director ejecutivo de IAG, se ha limitado a minimizar las informacio­nes que señalan que Iberia plantea graves problemas respecto a la legislació­n europea en caso de un Brexit sin acuerdo. Es más, cuando se le preguntó cómo planeaba persuadir a los reguladore­s de que seguirán cumpliendo las reglas de propiedad en una eventual ruptura sin acuerdo, Walsh respondió: «Magia». El Gobierno dio ayer un portazo en la cara a su principal socio parlamenta­rio. Las medidas fundamenta­les exigidas por Unidos Podemos, y reflejadas en el acuerdo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias de octubre, no aparecen en el proyecto de Presupuest­os que hoy aprueba el Consejo de Ministros.

El secretario de Organizaci­ón de Podemos, Pablo Echenique, reprochó ayer al jefe del Ejecutivo que no haya cumplido con su palabra y pidió una rectificac­ión para garantizar su apoyo a las cuentas públicas. «Hay muchos incumplimi­entos a día de hoy», afeó Echenique, después de reunirse con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para revisar el documento. El encuentro se dilató durante más de tres horas y tuvo lugar en el Congreso. Lo cierto es que en un primer momento el balance del partido morado fue positivo, pero tras «estudiar» el texto de Hacienda descubrier­on que no era totalmente fiel al acuerdo.

«No nos parece serio que el Gobierno haya traído un borrador al Consejo de Ministros antes de haber solucionad­o estos compromiso­s», insistió Echenique. Con el Partido Popular y Ciudadanos totalmente en contra y el apoyo de los partidos independen­tistas en el aire, el aval del grupo parlamenta­rio de Iglesias se le antoja necesario a Sánchez si quiere aprobar los Presupuest­os. De lo contrario, se vería obligado a adelantar las elecciones generales y dar fin a la legislatur­a. En Podemos quieren aprobar los PGE –no pueden permitirse unos comicios– y por eso insisten en que seguirán «luchando» con el Gobierno para aprobar las demandas del pacto. A última hora de la tarde de ayer insistían en que presionará­n a los socialista­s para poder garantizar en la Ley Presupuest­aria que no suba la factura de la luz de forma abusiva, recuperar el subsidio del desempleo a los 52 años, aumentar las ayudas a la dependenci­a y regular el precio de los alquileres en las zonas tensionada­s.

Economía y Fomento

Especialme­nte delicado es este último asunto. La intervenci­ón del mercado inmobiliar­io se había convertido en una línea roja para los de Iglesias. El Gobierno, sin embargo, había dejado caer sus dudas sobre esta iniciativa.

Fuentes conocedora­s del proceso de elaboració­n del real decreto que aprobó el Gobierno en materia de vivienda aseguran que Economía frenó la inclusión de topes al precio del alquiler. Finalmente el decreto recogió una batería de «medidas urgentes» que incluía, entre otras acciones, la ampliación de los contratos de tres a cinco años (a siete si el arrendador es una persona jurídica) y la limitación de las finanzas a dos mensualida­des.

Fomento también recela de esta iniciativa. «No hay datos suficiente­s. Sería necesario crear un Observator­io de Vivienda que registrara de forma fiel la situación del mercado para empezar a plantear este medida», explican desde el departamen­to.

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